¿Te preguntaste por qué a lo largo de la vida recordamos cosas y otras no?
Si algo no nos interesa, no vamos a recordar con el paso del tiempo, tampoco vamos a aprender lo qué trajo esa vivencia.
Al ser seres emocionales sólo aprendemos o recordamos algo si la información o la experiencia nos emocionó y nos conmovió profundamente de algún modo.
Para traer luz a esta realidad, te acerco preguntas aleatorias, por ejemplo ¿Te acordás de tu primer beso, de tu primer encuentro sexual, el día en que te enamoraste? ¿tu primer día en la escuela?
La Epigenética es una corriente de la biología que estudia la influencia del medio ambiente y las condiciones exteriores sobre los genes.
Literalmente significa "control sobre la genética". Postula que las influencias del medio ambiente, incluido la nutrición, el estrés y las emociones, pueden modificar los genes, sin cambiar la secuencia básica del ADN, y más asombroso aún, estas modificaciones pueden pasar a las nuevas generaciones.
De modo qué nuestro ADN puede mutar, modificando la información de la herencia por factores tales como: lo que comemos, como pensamos, lo que decimos, sentimos, lo que hacemos y nuestras costumbres.
El cerebro como cualquier otro órgano del cuerpo se desarrolla de acuerdo al uso que le demos con ENTUSIASMO, aumentando nuestras capacidades cerebrales.
El entusiasmo es considerado abono para el cerebro; nos vuelve personas motivadas y felices, caso contrario, la falta de entusiasmo es desinterés.
Es bueno saber qué el entusiasmo nos hace genios, nos da alas, nos convierte en personas poderosas.
Todos nacemos con la semilla del entusiasmo.
El entusiasmo va de la mano del empoderamiento que tiene como pilares: saber, poder, querer.
Todo cambia cuando estamos entusiasmados, cambiamos nosotros, la manera en que vemos las cosas y nuestra vida, percibiendo que todo se vuelve luminoso y liviano.
Ocuparnos en disipar las nubes que ocultan nuestro entusiasmo nos convertirá en competentes. Y, competente es quien sabe cómo se hace algo, le gusta hacerlo, lo hace bien y con ética.
¿sabías qué? Cuando estamos entusiasmados, el universo conspira a nuestro favor allanándonos los caminos. Todas nuestras capacidades, habilidades salen a la luz transformándonos en talentosos.
El “dinero” es consecuencia del “éxito”, (exitoso es una personalidad que se trasciende, logra resultados satisfactorios propuestos), el éxito es consecuencia de la “competencia” (saber, poder, querer) la competencia es consecuencia del “entusiasmo” (exaltación del ánimo, inspiración divina).
Observo personas desinteresadas, con vacío existencial, desanimadas, angustiadas, abatidas, bajo estrés emocional y físico, sin alegría, energía y fuerza interior, sin capacidad de sorprenderse gratamente o de encontrar un sentido trascendente que los entusiasme.
No se trata de hacer lo que más apasiona; sino de que te apasione lo que hacés, ¿Se entiende?
Hago una analogía para aclarar el concepto: “Tal vez no tengas todo lo que quieras; pero quiere todo lo que tengas”.
¿Cómo recupero mi entusiasmo perdido?
1-Elimina tus distracciones: ¿Define quién eres y qué quieres? Haz una lista y prioriza claramente tus metas. Concéntrate en ellas, planifica, jerarquiza.
2-Cambia tu manera de cómo haces las cosas: Elimina la rutina. Recíclate, renuévate, mejora tu versión, ve por inspiración, haz diferente, deja que fluya tu creatividad, diviértete, disfruta mientras lo haces.
3-Reconcíliate con tus expectativas: Ten disciplina y conducta. Asume metas reales y medibles, no te pongas expectativas irrealizables o ilusorias. Confía en tu instinto, en tu sabiduría interior y llena tu mente de pensamientos de confianza, optimistas, entusiastas, superadores.
4-Exponete a cuestiones inspiradoras: Rodéate de gente nutritiva y cosas que te llenen de energía positiva que eleven tu bienestar, te muevan hacia una perspectiva de posibilidades.
Sé agradecido, ofrece y entrega desinteresadamente tus dones, reúnete con artistas, intelectuales, seres de bien, viaja, conoce otras culturas, asómbrate, despeja tu mente y toma descansos reparadores, juega en grupo y ríete mucho.
5-Recuerda lo que te causó entusiasmo alguna vez: ¿Qué actividades te hacen feliz, te interesan y apasionan? ¿En qué pierdes la noción del tiempo? ¿Qué hace latir más fuerte tu corazón?
Es posible que decaiga la motivación en algún momento, no siempre estamos al 100% motivados, pero poner foco en nuestro para que diario y los propósitos, ayudará a recuperarla.
La ausencia de entusiasmo arruga el alma.
Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional