Política

La casa está en orden ?

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En Semana Santa en 1987 el ex presidente Raúl Alfonsín, en el balcón donde el presidente Mauricio Macri bailó cumbia, daba a conocer el resultado de las negociaciones con los militares carapintadas sediciosos liderados por Aldo Rico, de la primera asonada contra el primer gobierno constitucional tras la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional.



Se despedía luego de haber ido a Campo de Mayo a negociar la sanción de la Ley de Obediencia Debida.  Había comenzado ese discurso tras el retorno de las conversaciones con el motín saludando con “Felices Pascuas”, y afirmaba al final “hoy podemos todos decir gracias a Dios, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina”.



El presidente Alfonsín estaba rodeado de dirigentes de todo el arco político, fundamentalmente del Partido Justicialista a los que había derrotado en las elecciones presidenciales. El sostenimiento de las instituciones democráticas había tenido un altísimo costo de impunidad que fue remediado recién 16 años después.



Apenas las formalidades de la casa estaban en orden.



Tras conseguir una medida cautelar que suspendió la destitución el intendente de Quitilipi Carlos Casalboni escribió una carta y dijo “En los próximos días verán un municipio activo, gestionando ante Provincia y Nación prontas soluciones y obras para que todos disfrutemos y vivamos mejor de nuestra bella ciudad. Para ello visitaremos cada una de las instituciones, barrios y establecimientos para hacer del 2017 un mejor año. Como dijo el Padre de la Democracia, el Presidente Raúl Alfonsín: “La Casa está en Orden”.



Casi treinta años después de esos hechos históricos, desnudando su falta de antecedentes políticos, e incluso sus conocimientos de la historia reciente, Casalboni intenta comparar aquella Semana Santa de 1987 con las horas en las que se atrincheró para evitar el cumplimiento de su destitución por parte de una implacable mayoría compuesto por concejales radicales y peronistas que lo acusan de diversos delitos en el ejercicio de la función pública.



La movilización popular fue uno de los factores por los que no prosperó aquella asonada de Aldo Rico, que algunos todavía reivindican. Para quienes las desconozcan, las imágenes de Plaza de Mayo todavía se pueden ver en los videos de la red social Youtube.



Las únicas movilizaciones que hubo en Quitilipi, avalaban el pedido de destitución que hizo el Concejo.



Esto no obsta para afirmar que diferencias políticas intervinieron en esta ciudad para intentar borrar a las autoridades legalmente constituidas, no por los delitos denunciados sino apenas en la lucha del poder por el poder en sí mismo.



Y en esto, el oficialismo, liderado por el gobernador Domingo Peppo no dejó pasar la oportunidad. Es notorio el interés por el cumplimiento de la autonomía municipal expresada –en orden de importancia- por el secretario general Horacio Rey, el ministro de Gobierno, Juan José Bergia y el secretario de Asuntos Municipales, Gabriel Ninoff. Todos justificando el avance del histórico bipartidismo contra las instituciones sin el respeto por las formas.



No hace falta recorrer tanto tiempo hacia atrás para recordar que ante un hecho similar, perpetrado con características similares, incluso con más sustancia que el enjuiciamiento al que fue sometido el intendente Casalboni, en sesión especial realizada en el Concejo Municipal de Gancedo, tras el dictamen de la Comisión Investigadora, presidida por el concejal Orlando Giménez tuvo como definición, la Ordenanza 1812/13 del 9 de septiembre de 2013.



Se aprobó entonces, con los remedios reclamados ahora por Rey, Bergia y Ninoff, la destitución del intendente de Gancedo Alberto Korovaichuk, también acusado de “serios hechos de corrupción, principalmente por fraude a la administración pública, según establece el Código Penal en el artículo 261”, según manifestó el presidente del Concejo Municipal de Gancedo, Rubén Hemadi.



El propio Bergia fue entonces responsable de la continuidad de Korovaichuk como intendente por la fuerza, sin que los partidos políticos se manifiesten en contrario. No solamente se logró la continuidad, el jefe comunal apareció en un video en el programa de Jorge Lanata donde se puede ver como candidato a la reelección por el frente Chaco Merece Más, prometiendo bolsones de comida y dinero a cambio de votos.



Obvio, ninguno de los defensores de la calidad institucional se rasga las vestiduras por esto.

Por otra parte, Casalboni celebra el fallo judicial, apenas una medida cautelar, que suspende la destitución por cuestiones formales. Se intentó destituir a un intendente por medio de un acta. No de una ordenanza o resolución como dice la Ley de Municipios que reclamó el diputado radical Livio Gutiérrez.



Aún cuando el amparo ratifique la medida cautelar y anule el acta por sus vicios formales, no estará diciendo que Casalboni no haya cometido los delitos de los que lo acusa el Concejo. Aún así, podría continuar gobernando. Aída Ayala que poco interino en el tema, dejó sin embargo, una frase atildada “¿acaso el intendente de Resistencia (Jorge Capitanich) no está procesado?”. Si el PJ acompañara, el radicalismo tendría número para destituirlo.



Algo igual ocurre con el presidente Mauricio Macri, ya no procesado, pero nuevamente imputado en el caso de la escandalosa negociación por el Correo.





Las dudas del accidente de Villa Ángela

El gobierno de Domingo Peppo no tuvo tiempo de celebrar el haber logrado reactivar el acuerdo para financiar la finalización de la obra del segundo acueducto. La camioneta en la que viajaba su esposa de regreso a Castelli hacia Villa Angela atropelló una motocicleta en la que viajaba una familia. Una de las tripulantes de esa motocicleta perdió un embarazo de 8 meses en el hecho.



Tras idas y venidas en la que cayó la mentirosa afirmación oficial de que sólo había heridos leves, el gobernador Domingo Peppo anunció que no iba participar de la primera noche de los Supercarnavales villangelenses.



Una medida acertada desde el punto de vista formal. Expresaba que el mandatario está compungido por los hechos, habiendo afirmado que estando su esposa en la camioneta involucrada en esos hechos, es como si hubiera estado él mismo.



Pero el clima social villangelense está mostrando una realidad que la celebración del carnaval lo hubiera hecho patente. Muchos creen que en realidad Peppo estaba en esa misma camioneta y que no asistió a las víctimas. El portal Diario 21 afirmó incluso que consultó al primer mandatario  y que él les “confirmó lo que al principio parecía un rumor. Expresó que él no iba en la camioneta, pero que todos los pasajeros están bien”.



¿Acaso la preocupación del gobernador fue exclusivamente por la salud de los ocupantes de la camioneta? Su esposa, un directivo de Lotería Chaqueña y su chofer.



Posteriormente Peppo dio una conferencia de prensa. “El gobernador relató que las personas que viajaban en la moto fueron atendidas en seguida. Primero por Nanoff Penoff (la primera dama) y Núñez (vocal de Lotería), que se acercaron a dialogar con los accidentados; y después por los médicos que llegaron en la ambulancia. Remarcó además que él llegó al lugar del accidente a los 15 minutos aproximadamente, cuando los heridos ya habían sido trasladados, por lo que decidió seguir viaje”.



No se interesó en acudir hasta el Hospital para conocer el estado de salud de los heridos de boca de los profesionales que los estaban atendiendo.



Quizás por eso Diario 21 haya afirmado “el gobernador informó a este medio que las tres personas que iban en la motocicleta están bien. La menor ya fue dada de alta”. No haber ido al hospital pudo haberlo llevado a esta manifestación errónea. Fue un error.

 

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