Es una de las festividades más solemnes del calendario judío, que se prolonga durante una semana, hasta el 23 de abril.
La comunidad judía celebra la festividad de Pésaj, la Pascua judía, que conmemora la salida de su pueblo de la esclavitud de Egipto liderados por Moisés, el paso por el desierto durante 40 años y la llegada a Canaán, la tierra prometida.
Una de las tradiciones del Pésaj consiste en limpiar a conciencia las casas y algunas familias guardan el menaje de uso diario para sustituirlo estos días de Pascua por una vajilla especial.
Durante la semana que dura esta gran fiesta no se consumen alimentos fermentados en recuerdo de la urgencia por salir de Egipto que impidió hacer pan con levadura, por lo que la matzá (el pan ácimo) sustituye al pan normal.
El acontecimiento más importante de la Pascua judía es la noche del Séder, la cena pascual, que este año se celebra este viernes 15. Recuerda la salida de Egipto, y las familias judías adornan la mesa con un plato especial (keará) que contiene seis alimentos simbólicos que evocan la historia de su pueblo.
Este plato contiene maror (hierbas amargas frescas, como endivias o lechuga, que simbolizan el sufrimiento del pueblo durante la esclavitud), jazeret (tronco de lechuga que simboliza la dureza de la esclavitud) y jaroset (pasta dulce de color marrón, mezcla de diversos frutos secos, manzana y miel, que representa la argamasa que los israelitas esclavos fabricaban en Egipto).
También tiene karpas (una verdura de sabor amargo que se moja en agua salada en recuerdo de la venta de José por sus hermanos que fue la causa del exilio en Egipto), zeroa (muslo de pollo o carne cocida que recuerda el sacrificio del cordero que hicieron los israelitas en Egipto), y beitzan (huevo cocido con su cáscara que simboliza el sacrificio que se ofrecía en el Templo de Jerusalén).
Según la tradición, el más pequeño de la casa pregunta por el significado de la celebración y comienza con la pregunta: "¿Por qué esta noche es diferente a las demás?".