Opinión del Lector

La criptomoneda y los prejuicios que la rodean: un paralelo con los primeros días de Internet

Su potencial uso en actividades ilícitas se basa en un temor que radica en la falta de comprensión de su verdadera naturaleza.



Ambos avances tecnológicos enfrentaron resistencias iniciales por su potencial uso en actividades ilícitas. Al igual que Internet, las criptomonedas están bajo la lupa por posibles conexiones con múltiples delitos, pero el temor está más vinculado con la falta de comprensión que con su verdadera naturaleza.



Recientemente ha habido un aumento en las noticias que relacionan las criptomonedas con delitos. Un ejemplo es el caso de una conocida localidad bonaerense, presuntamente envuelta en una estafa, o el de un exministro de CABA acusado de fraude con Bitcoin. Pero, ¿es Bitcoin realmente el problema?



En los orígenes de internet, muchos Estados se plantearon limitar (o incluso prohibir) su uso por el sesgo que implicaba pensar que era una herramienta concebida para el tráfico de drogas y la trata de personas. Con el paso del tiempo cobró una adopción exponencial y revolucionó la forma de comerciar.



Incluso, toda tecnología revolucionaria en algún momento fue cuestionada e incluso intentada destruir, como los Luditas a los primeros telares que sembraban las primeras semillas de la revolución industrial.



A la luz de los hechos y del comportamiento humano frente a tecnologías disruptivas la respuesta asoma bastante obvia: que la herramienta sea mal utilizada o desconocida, no significa que la herramienta sea mala.



Pero hagamos un repaso de los principales elementos que pueden interesar a quienes no están familiarizados con esta moneda y su tecnología asociada.



¿Por qué tiene Valor Bitcoin?

Pensemos primero por qué el dinero o el oro tiene valor. El dinero es un medio de intercambio ampliamente aceptado en una economía para facilitar las transacciones de bienes y servicios. Para ello, dispone de las siguientes características:



Depósito de valor



Salvo unidad de cuenta, las otras condiciones están ampliamente representadas en Bitcoin, incluso con mejor performance como la portabilidad y la divisibilidad.



Las condiciones anteriores se presentan gracias a la tecnología blockchain y el protocolo de consenso de Bitcoin, que, con fines de simplificación, podemos decir que se garantiza que solo personas autorizadas puedan registrar transacciones y que estas no puedan ser luego modificadas.



¿Por qué se la asocia con el delito?



En primer lugar, por su naturaleza descentralizada (no es emitida por un Banco Central), no regulada y anónima. Sin embargo, distintos estudios realizados por el Bank of America, The World Economic Forum y la compañía especializada Chainalysis coinciden en que el porcentaje de delitos realizados con criptoactivos es menor que el realizado con moneda emitida por los Bancos Centrales (1% vs. 5%, siendo los datos comparados en forma homogénea con relación al circulante de cada tipo de activo).



Una cuestión fundamental, que hay que entender, es que todas las transacciones quedan registradas en la blockchain de la moneda respectiva, lo que hace mucho más trazable la ruta del dinero mal habido en caso de investigaciones, a comparación del dinero en papel. Adicionalmente, sus características son mucho más seguras y honestas que el dinero fiduciario, donde ya que su emisión está programada, consensuada, deflacionaria y limitada. Es decir, las reglas de juego son conocidas por los usuarios de la moneda, no dependiendo o cambiando por la política monetaria de turno.



La integración de la tecnología en la Argentina, a la vanguardia: Cámara Fintech, Ministerio de Seguridad y CNV.



Recientemente se han celebrado importantes congresos tratando la utilidad de los criptoactivos y la prevención de delitos. La principal conclusión es que la tecnología blockchain llegó para quedarse. La segunda conclusión es que se están haciendo esfuerzos coordinados entre distintos actores para transparentar el uso, proteger al inversor y mitigar delitos derivados.



La CNV ha incluido la obligatoriedad de registración de los proveedores de servicios de activos virtuales quienes a su vez tienen la obligación de realizar una verificación de sus clientes para asegurar que los fondos inyectados al mercado cripto sea lícito. El ministerio de Seguridad se está profesionalizando con el uso de herramientas de vanguardia para el rastro de fondos. La Cámara Fintech en 7 años pasó de 13 miembros a 300 y cuenta con múltiples equipos de trabajo donde dos de los más importantes refiere a aspectos regulatorios y protección del usuario.



La educación, piedra angular



Como conclusión, nos encontramos frente a una tecnología que revoluciona el mundo de las finanzas asignando de forma eficiente recursos y propiedad como nunca se vio, lo que genera la responsabilidad de los reguladores de comprenderla para no limitar su desarrollo, y de los demás actores de la economía para hacer uso adecuado y responsables de sus oportunidades.



Universidades como la UMSA (Universidad del Museo Social Argentino), CEMA y UBA ya ofrecen desde hace años capacitación especializada. La próxima edición disponible es la de la UMSA que inicia el 15 de octubre y cuenta con el auspicio de la CNV. Para más información: https://www.umsa.edu.ar/oferta/certificacion-en-crypto-compliance

Autor: Gustavo Nigohosian|

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