Opinión del Lector

La cuestión libertaria o el dilema entre "freedom y liberty"

"Freedom remite a la condición natural del ser humano, a su libre albedrío, trata de su naturaleza interna. Incluso como destaca Viktor Frankl, en un campo de concentración la persona mantiene su capacidad de libre albedrío, así puede pensar o no pensar, comer o no comer etc. Liberty en cambio se refiere a las relaciones interpersonales, que como apunta Friedrich Hayek alude a la ausencia de coacción por parte de otras personas. Una persona encarcelada no tiene liberty pero mantiene su condición de freedom. La primera expresión se refiere a una condición social, en cambio la segunda apunta a una condición psicológica­ (Alberto Benegas Lynch hijo. “Freedom” y “Liberty”. El cato.org).


Ambos términos, traducidos al español, significan lisa y llanamente: libertad. Algo que también apunta por intermedio de Borges, acertadamente, el actual diputado de la nación, autor del artículo citado y una de las espadas más significativas del espacio ideológico predominante en la Argentina como en otras partes del mundo.


Haremos hincapié, en la dimensión política, no ontológica, existencial ni económica, del concepto libertad. Cómo sabemos, lo político trata acerca de la dimensión de la polis, es decir de los individuos, sujetos o ciudadanos, que forman parte de un espacio en común. Obligadamente, recurrimos al método filosófico de ir de lo particular a lo general. Las dimensiones del ser libre o libertario, deben estar contextualizados en un orden simbólico, en una regulación normativa que impida que el derecho de uno no implique la cesión de los mismos en los otros (o la razón jurídica de un estado, independientemente de su tamaño o de sus funciones prioritarias). El pasaje, inevitable, del freedom a liberty.


Lo refleja muy claramente, la serie televisiva "Zero Day", en boca de su protagonista Robert De Niro, que en su rol de ex presidente de EE UU y a cargo de una comisión especial ante una situación de conmoción social, le expresa a su interlocutora: "Usted no comprende la diferencia entre freedom y liberty. La primera le permite a usted pensar lo que quiera, la segunda nos permite a nosotros tener el derecho a defendernos de personas como usted".


Benegas Lynch hijo, en el mismo artículo, refiere, alejado ya de la dimensión política y más próxima a la dimensión existencial: "También se ha dicho que los pobres no son libres pues ven restringidos sus consumos, lo cual también confunde aspectos cruciales. Ser muy pobre es una desgracia pero no tiene que ver con la libertad, de lo contrario deberíamos decir que todos nuestros ancestros no eran libres debido a su pobreza ya que todos provenimos de las cuevas, o también, debido a que todos somos pobres o ricos según con quien nos comparemos, en última instancia no habría tal cosa como la libertad. En este contexto, Thomas Sowell señala que la constipación es una desgracia pero tampoco tiene nada que ver con la libertad" (Ibídem).


Tiene la honestidad intelectual, el diputado de la nación, reconocer párrafos luego: "El asunto no es sencillo y no está exento de controversias...".


La dificultad no zanja el aspecto nodal, crucial y esencial que impone en la actualidad la concepción, a la que referimos cuando usamos el vocablo "libertad". Los asuntos políticos no pueden dejar de soslayar que liberty tiene más que ver con freedom. Más allá, incluso, de otro de los aspectos sustanciales de la polémica. Hablamos desde el lugar en que uno hace referencia a las cosas. Desde el yo individual, por más que ocupemos un rol social, sea incluso el de legislador o presidente, tenderemos a lograr una mismidad o diferencia en lo discursivo. Tal verba arrojada, hacia lo otro o los otros (la política) encuentra necesariamente el punto de tensión teórica cómo práctica.


Un pobre (hablamos del que no tiene posibilidades de alimentarse adecuadamente para hacer sinapsis neuronal) se encuentra coaccionado en su ejercicio de libertad política, en una medida semejante, al representante o gobernante que por más convicciones libertarias que tenga, debe velar por las consideraciones de libertad individual que tenga el resto de la población, por más que estas sean o no procedentes.


Tal vez, la batalla cultural del libertarismo, tenga más que ver con dejar en claro que en español, libertad política, sea un sinónimo de "libertario" acercando las distancias entre "liberty" y "freedom".


Lo dejamos como inquietud, como idea y como propuesta de debate en un escenario, en dónde lamentablemente hasta ahora, las diferencias ideológicas o conceptuales discurren por el fango pragmático de términos cómo : "domados", "ensobrados", "orinados" y demás epítetos que en muy poco contribuyen al entendimiento, por más libertad individual que esgriman quiénes se escudan, cobardamente en la misma, para simplemente agredir, percudiendo incluso la posibilidad de que libertario signifique una propuesta en el mundo del habla, preexistente y performativa de lo numérico, realmente fundadora de una manera de ser y de relacionarnos entre los seres humanos.

Autor: Francisco Tomás González Cabañas|

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