La Justicia francesa ratificó este miércoles la condena a tres años de prisión contra el expresidente Nicolás Sarkozy en el marco de un caso de corrupción y tráfico de influencias en una trama de escuchas telefónicas, después de que el mandatario apelara la sentencia impuesta en primera instancia.



Para Sarkozy, dos de los tres años de la sentencia quedan suspendidos, por haber tratado de beneficiarse de su condición de exjefe del Estado para obtener beneficios judiciales en otra causa abierta en su contra. El veredicto establece, además, que el expresidente podrá cumplir la pena en arresto domiciliario y con un brazalete electrónico, y no entre rejas, pero también le impone tres años de privación de sus derechos civiles, por lo que no podrá optar a cargos electos.



Su abogada, Jacqueline Laffont, anunció que recurrirán a la Corte Suprema y que agotarán todas las vías judiciales hasta demostrar la inocencia de su cliente, que nombró víctima de una injusticia por una pena que consideró un juicio moral sin sustento jurídico. La máxima instancia judicial del país, que en cinco ocasiones rechazó los argumentos de la defensa de Sarkozy, se pronunciará de nuevo dentro de un año aproximadamente.



Convertido en marzo de 2021 en el primer presidente francés en ser condenado a entrar en prisión por este caso, Sarkozy acumula otra condena a un año de prisión, pronunciada en noviembre de 2021 por la financiación ilegal de su campaña al Elíseo de 2012.