Internacionales

La movilización por el aborto podría no bastar a Kamala

Si hay un condado con fama electoral en el EE.UU. contemporáneo es el de Maricopa, en Arizona. Acoge a su principal ciudad, Phoenix, y buena parte de sus suburbios, con más de un 60% de la población de este estado decisivo, uno de los que determinarán quién gana la elección presidencial del próximo martes. Hace cuatro años, Maricopa fue el escenario de una de las grandes batallas de la campaña que enfrentó a Donald Trump y Joe Biden , antes y después de las elecciones. Biden, el actual presidente, ganó por la mínima en Maricopa, el primer demócrata en hacerlo desde Harry Truman en 1948. Eso le permitió llevarse Arizona –desde Truman, solo Bill Clinton lo había logrado para los demócratas, en 1996– por el equivalente electoral del pelo de una gamba: 10.457 votos. Después la batalla fue en el recuento, entre acusaciones de robo por parte de Trump no reconocidas por los tribunales y tensión y amenazas a las autoridades electorales.Arizona sigue siendo hoy uno de los grandes frentes electorales. Es seguro que, si no gana Trump, volverá a haber lío, incidentes, demandas y quién sabe si violencia. De momento, en campaña, la batalla ha estado protagonizada por algo diferente: el aborto. «Hay una movilización tremenda, especialmente en mujeres jóvenes», dice Christy Chavis, una vecina de Phoenix que espera a que comience un acto demócrata en el centro de la ciudad.El aborto es una de las grandes bazas de Kamala Harris para convertirse en la primera presidenta de EE.UU. Desde junio de 2022, es combustible electoral de los demócratas frente a Trump y sus aliados republicanos. Fue entonces cuando el Tribunal Supremo emitió una sentencia en la que eliminó las protecciones federales al acceso al aborto. El alto tribunal determinaba que recaía en los estados la regulación del aborto. De manera inmediata, decenas de estados aprobaron prohibiciones o restricciones duras a la práctica.La decisión del Supremo tenía una conexión directa con la elección presidencial de 2016. Trump, un ligón multimillonario de dudosas credenciales conservadoras en lo social, prometió reforzar la línea conservadora del alto tribunal si tenía la oportunidad. Y la tuvo: pudo nominar tres jueces, los tres conservadores, los tres con visiones contrarias al aborto, que solidificaron la mayoría con esa línea y tumbaron el precedente que regía desde la década de 1970.Noticia Relacionada estandar Si Las grietas del voto negro, el más leal a los demócratas, amenazan la cita con la historia de Kamala Javier Ansorena | Enviado especial a Atlanta (Georgia)Consecuencias políticasTrump admitió en privado que eso podía tener consecuencias políticas y no se equivocó. Pocos meses después, en las legislativas del otoño de 2022, los demócratas mantuvieron el Senado y los republicanos se tuvieron que contentar con una mayoría escasa en la Cámara de Representantes, frente a la \'marea roja\' que esperaban.Al mismo tiempo, el aborto se mostró como un asunto que podía ganar peso en estados republicanos: la protección de su práctica ganó referéndums en Kansas y Kentucky.Harris sueña ahora con que esa reacción política a las restricciones al aborto sean su billete a la Casa Blanca. La candidata demócrata ha puesto el aborto y los derechos reproductivos de las mujeres en el centro de su mensaje en los siete estados –además de Arizona, Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Nevada, Georgia y Carolina del Norte– que decidirán la elección. Su campaña se ha gastado montañas de dólares en propaganda al respecto y el asunto aparece de forma irremediable en sus mítines.En Arizona, es el asunto dominador de la campaña. Se debe a que es uno de los estados en los que, además de votar por los candidatos a la Presidencia, al Congreso y a órganos estatales y locales, los ciudadanos votarán sobre el aborto. En concreto, la llamada Proposición 139, que busca aprobar una enmienda a la constitución local para proteger el acceso al aborto hasta la viabilidad del feto.La votación llega después de meses de turbulencias. Aquella sentencia del Supremo está detrás de que esta primavera entrara en vigor en Arizona una ley de 1864 que prohibía el aborto. Trump, sabedor del impacto negativo de eso en un estado decisivo, presionó a los republicanos del estado para que aprobaran una regulación. Lo hicieron con la actual ley, que permite el aborto hasta las 15 semanas de gestación, algo que para los activistas de los derechos reproductivos es insuficiente.«Para mí, la posibilidad de que Trump y los republicanos impulsen una prohibición a nivel nacional es algo muy persuasivo para pedir el voto por Kamala» Gwyneth Corrales«Todo aquello fue un toque de atención para gente que no estaba implicada política», explica a este periódico Gwyneth Corrales , desde el campus de la enorme Universidad Estatal de Arizona, donde forma parte del grupo de Jóvenes Demócratas. Corrales, nieta de emigrantes españoles, apunta al asunto decisivo: «Habrá mujeres que voten \'sí\' a la Proposición, pero que después voten a candidatos republicanos. ¿Es eso suficiente para garantizar los derechos reproductivos? Para mí, la posibilidad de que Trump y los republicanos impulsen una prohibición a nivel nacional es algo muy persuasivo para pedir el voto por Kamala».Voto divididoSin salir de ese campus, el profesor Craig Allen expresa una visión que preocupa a los demócratas: «La Proposición se va a aprobar con mucha facilidad, las encuestas dan una mayoría de tres a uno. Pero, en las presidenciales, eso va a ayudar a Trump».La razón, explica Allen, es que Arizona es un estado con un gran bloque de votantes independientes (hay más que demócratas o republicanos). Y que muchos de ellos, si la Proposición no estuviera en las papeletas, no votarían a Trump –pese a que se inclinarían por él por asuntos como la economía o la inmigración– por el aborto. «Pero con la Proposición en la papeleta, pueden dividir su voto: a Trump por otras prioridades y la Proposición para defender el acceso al aborto».Derechos reproductivosLos demócratas tratan de evitar eso a todo costa. Sobre todo, advirtiendo a las mujeres de que aprobar la Proposición 139 no será suficiente para asegurar sus derechos reproductivos. Esa es la misión que lleva Gwen Walz allí por donde va. Es la mujer de Tim Walz , candidato demócrata a la vicepresidencia, y una de las voces de la campaña en este tema.«Trump viene ahora a por vuestros derechos reproductivos», dice a un grupo de votantes, la mayoría de ellos mujeres, en un mitin en el centro de Phoenix, al que asiste este periódico. «Si Trump gana impondrá una prohibición nacional al aborto y no parará ahí, también irá a por la fertilización in vitro, algo que me toca de manera personal», dice Walz.En la víspera, Lara Trump, nuera del expresidente y copresidenta a dedo de la Convención Nacional Republicana (el órgano del partido), celebra otro encuentro con mujeres, en una muestra de que Maricopa es la gran trinchera femenina de esta elección.«¿Dónde están mis \'Trump ladies\'?», grita al micrófono tras entrar con otras cinco mujeres –\'influencers\', exdeportistas, casi famosas–, todas con una chaqueta rosa al estilo \'pink ladies\' de la película \'Grease\'. En su discurso apenas se habla de aborto. Solo dice que Trump «protegerá a las mujeres». Está dentro de la estrategia de moderación que el expresidente, sabedor del daño político que puede provocar, ha tomado sobre el aborto en la recta final de la campaña. Frente a lo que dice la mujer de Walz, Trump lleva meses insistiendo en que no impulsará una prohibición nacional del aborto, que es algo que se debe decidir en los estados, y que él es el gran defensor de la fertilización in vitro.«Recuperar el país»¿Cree que el aborto dañará a Trump en Arizona?, pregunta este periódico a Lara Trump tras acabar el mitin. «Lo que pasa es que los demócratas lo han utilizado como arma porque no tienen otra cosa de la que hablar», responde. «¿Quiere la gente cuatro años más de fronteras abiertas, menos dinero, guerras por todo el mundo, barrios inseguros? No, quieren recuperar sus vidas y su país y saben que Trump lo conseguirá».A Amanda Patterson , una seguidora de Trump que ha venido con unas amigas al mitin de su nuera, esa posición le convence. «El aborto es lo único que puede salvar a la izquierda en esta elección, sobre todo por las mujeres jóvenes». Ella lo sabe bien. Tiene dos hijas en la universidad, en Texas. Allí hay una prohibición casi total al aborto (Kamala reunió 30.000 personas la semana pasada en Houston, acompañada de Beyoncé , para poner el aborto en el centro de la campaña). Pese a eso, defiende que la regulación del aborto sea estatal. «Si alguna de ellas cometen un error, siempre pueden venir en avión a California, que es donde vivo, y solucionarlo», dice.«El aborto es lo único que puede salvar a la izquierda en esta elección, sobre todo por las mujeres jóvenes» Amanda PattersonTodo apunta a que, al final, Arizona podría definirse por dos elementos: cuántos jóvenes –normalmente, menos participativos en elecciones– van a las urnas motivados por el aborto; y cuántos de los independientes dividen su voto y apoyan tanto a la Proposición 139 como a Trump. La paradoja es que asegurar a las mujeres la protección del aborto aquí en Arizona con ese referéndum puede tener como consecuencia dejar sin Casa Blanca a la mujer que se postula como la gran defensora de los derechos reproductivos.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web