Todos hablan de un milagro en el Mediterráneo. Una niña de 11 años , Yasmine , es la única superviviente del naufragio de una patera con 45 inmigrantes a bordo, que partió de Sfax, en Túnez, y se hundió en una tormenta frente a la costa de Lampedusa. La pequeña permaneció sola en el mar durante tres días , sujeta a dos flotadores y gracias a un chaleco salvavidas. Fue salvada por el velero de la ONG alemana Compass Collective. «La nave se hundió, mi hermano también estaba allí, luego me quedé sola», ha contado Yasmine, que hoy es protagonista en la portada de los medios italianos. «Es algo increíble, un milagro», afirma Ina Friene , segunda oficial del velero Trotamar III de la ONG alemana que en la noche del martes al miércoles salvó a Yasmine, aferrada a dos flotadores en medio de las olas a 16 kilómetros de Lampedusa . «Si me lo hubieran dicho, me hubiera costado creerlo», dijo Ina Friene a medios italianos. «¡Help!», gritaba Yasmine en la inmensidad del mar. Eran las 3 de la madrugada del miércoles 11 de diciembre, a tres horas de navegación desde Lampedusa. «No puedo dejar de pensar en nuestra suerte. Pequeños nosotros, muy pequeña ella. Nos hemos encontrado», dijo Ina Friene . «Nuestra suerte es que en ese momento le habíamos quitado algunas revoluciones al motor», ha dicho el capitán del velero, Matthias Wiedenlübbert . «No es nada obvio escuchar una voz en el mar mientras navegas. Antes de partir tras salvar a la niña, buscamos con luces en todas direcciones, buscamos y buscamos, pero no encontramos otras señales de vida«, añadió Wiedenlübbert.Noticia Relacionada estandar Si El Constitucional italiano desmonta la ley que otorga más poder a las regiones Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma «Tengo 11 años, soy de Sierra Leona», dijo Yasmine en inglés cuando finalmente estuvo a salvo, mientras el Trotamar se dirigía hacia Lampedusa. «Salimos de Sfax, en Túnez, hace dos días. Éramos 45 en el barco de hierro, pero en cierto momento se llenó de agua y se hundió«, contó la pequeña Yasmine, El médico del velero la calentó con mantas térmicas doradas, una bolsa de agua caliente rosa y un poco de té. La pequeña siguió contando su historia: «Durante un tiempo éramos tres. Todos atados a ese chaleco salvavidas. Nos sosteníamos. Rezamos. Pero luego dejé de verlos. Me quedé sola». A las 6 de la mañana el Trotamar III atracó en el muelle Favaloro del puerto de Lampedusa. Envuelta en una manta, Yasmine subió a una ambulancia de la Cruz Roja y en el pequeño centro médico de la isla fue atendida por el médico de guardia, Mauro Marino . «Su estado de salud me pareció bastante bueno, considerando las circunstancias que había vivido. Ya no tenía hipotermia. La temperatura corporal ya había vuelto a los parámetros normales, gracias al trabajo del médico a bordo del Trotamar III. Quizás llevaba doce horas flotando en el agua. Quizás haya perdido la noción del tiempo. Pero ella estaba lúcida y colaboradora, madura para su edad. Hablamos en inglés y pedí la intervención de una psicóloga«, dijo el médico de guardia.Los flotadores que portaba Yasmine en su rescate Guardia Costera Italiana A la psicóloga, Yasmine le contó nuevos detalles: «Partimos cuarenta y cinco. Mi hermano y mi prima estaban conmigo«. Después preguntó: «¿Puedo hablar con mi familia?». La niña marcó un número de memoria. «Después de la llamada telefónica -contó la psicóloga- nos explicó que dos de sus otros hermanos se encuentran actualmente en Túnez, esperando partir hacia Italia. No sé si fueron separados por algún motivo, o si simplemente los contrabandistas así lo decidieron. Tratamos de no hacer preguntas que puedan causar dolor, en esos momentos no tiene sentido recordar el naufragio». Desde Sierra Leona, muchos inmigrantes atraviesan el desierto subsahariano para llegar a Túnez, con ánimo de proseguir después hacia Italia. Suelen concentrarse en la zona de Sfax. A menudo, los traficantes de seres humanos maltratan a los inmigrantes. Los compran y venden como mercancía, les golpean a menudo y los esconden para que no sean vistos por la policía en casas viejas a lo largo de la costa. A menudo parten de las islas del archipiélago de Kerkennah, el punto más cercano a Italia . El domingo el mar estaba agitado, con tormenta y olas de tres metros de altura. Imposible navegar en esas condiciones las barcazas de hierro, porque se convierten en ataúdes . Solo se salvó Yasmine, gritando »¡ayuda!». La oyeron los seis voluntarios a bordo del velero Trotamar, que hoy hablan de «milagro».