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La 'operación Kamala' que urdieron los Obama acaba en un bochornoso fracaso

Dos veces han entregado los Obama a Estados Unidos un Donald Trump . La primera, en 2016, tras dos mandatos que incrementaron la insatisfacción con el supuesto elitismo del Partido Demócrata y la percepción de que el presidente saliente quiso imponer, por obligación, a Hillary Clinton como sucesora. Y ahora, con una fallida estrategia orquestada por Obama y su círculo cercano para que su amiga, la vicepresidenta Kamala Harris , con baja popularidad y sin haber ganado una sola primaria, lograra una victoria electoral en unas elecciones en las que la economía y el cansancio ante la política identitaria eran decisivos.La inquietud de Obama y los demócratas era evidente desde hacía días, si no semanas. El 17 de octubre, el expresidente asistió a un funeral en la catedral de San Mateo de Washington, donde se reunió con Joe Biden frente a las cámaras. En la conversación captada, Biden parecía entre ausente y molesto, mientras Obama movía la cabeza y afirmaba: «Tengo que salir yo más con ella».Y lo hizo. Obama recorrió medio país participando en mítines, mientras su esposa, Michelle, hacía un apasionado llamado en Míchigan en defensa del futuro de los niños. Reprendió incluso a los hombres afroamericanos, sugiriendo que no estaban tan comprometidos con una candidata de su raza como deberían. Los dos, marido y mujer, usaron sus contactos y movilizaron a figuras conocidas: Oprah Winfrey, Julia Roberts, George Clooney, Lady Gaga, Katy Perry, Cardi B, Taylor Swift, Bad Bunny y Jennifer López.Noticia Relacionada estandar Si La amarga madrugada de Kamala: ambiente de funeral en una Casa Blanca en \'shock\' David Alandete La campaña de la demócrata tenía su epicentro en Washington, que ya vuelve a organizar una resistenciaSin embargo, los problemas de las estrellas no son los problemas de los ciudadanos comunes. Las elecciones no se decidieron por el recital de Lady Gaga en Filadelfia o el mensaje grabado de Julia Roberts, alentando a las mujeres a votar a escondidas de sus esposos, como si de una película de Netflix se tratara. La estrategia de dejar pintadas en los baños de mujeres alentado a la sororidad para contrarrestar al patriarcado resultó ser una ocurrencia.Lo que pesó fue la realidad de la inflación: la cesta de la compra es inasequible, un café supera los cinco dólares en muchos lugares, y un kilo de naranjas llega a costar diez. Estos temas económicos estuvieron ausentes en el mensaje de Obama y en los discursos de las estrellas, que promovían a Kamala Harris como la protagonista de un cuento de hadas \'made in Hollywood\', pasando de la pobreza en Oakland a la presidencia como \'Madam President\'.Nuevo sacrificio de BidenLa estrategia demócrata falló, y ahora circulan varias teorías sobre el error, alimentando una auténtica guerra interna en el partido. La versión más popular en Washington atribuye el fracaso a Biden. Después de todo, el presidente saliente ya fue sacrificado una vez y se espera que asuma otra vez la responsabilidad. Desde el círculo de los Obama se argumenta que Biden prometió ser un presidente de un solo mandato, pero rompió esa promesa, se mantuvo en el poder y bloqueó al partido la posibilidad de unas primarias que habrían permitido elegir a un candidato con más respaldo.Por su parte, Biden siempre ha sostenido que él era el mejor candidato para vencer a Trump, habiéndolo hecho una vez contra todo pronóstico. Además, su perfil encaja bien entre los votantes: un hombre blanco de clase trabajadora, originario del Medio Oeste y mayor de 60 años. Sin embargo, las encuestas le eran desfavorables, especialmente tras su mal desempeño en el debate de junio.Muestra de su molestia, anunció que había hablado con Harris por teléfono el martes. Nada de lavarle la cara, nada de unidad en tiempos de dolor.Noticia Relacionada Perfil estandar Si Kamala Harris, de los saraos en San Francisco al umbral de la Casa Blanca David Alandete | Corresponsal en Washington La reina de la reinvención política ha dejado en el olvido sus inicios de la mano de un poderoso mentor y novioOtra facción demócrata, la izquierda más progresista, señala que el perfil del votante de Trump, un hombre blanco con poca educación formal, ingresos limitados y preocupado por llegar a fin de mes, se alinea naturalmente con figuras como el senador Bernie Sanders o la congresista Alexandria Ocasio-Cortez . La izquierda aprovecha la crisis para impulsar su agenda, señalando que ellos podrían captar a este segmento de la población.Lo cierto es que los votantes, según encuestas y testimonios recogidos por corresponsales de este diario en los mítines y a pie de urna, han expresado repetidamente su preocupación por la inflación, los altos precios de la gasolina y el estancamiento salarial frente al aumento del costo de los bienes básicos.Sin una propuesta claraLos demócratas no lograron presentar una propuesta clara más allá de permitir el aborto en estados que lo restringen y proteger la democracia en términos amplios. Existe un profundo recelo hacia la corrección política y lo \'woke\', es decir, hacia lo que muchos perciben como un dogmatismo en temas de género, identidad y ecologismo, asociado con censura e intolerancia.Harris no quiso o no supo desvincularse de estos temas, ni del lastre que representa la impopularidad de Biden. Cuando en el programa The View le preguntaron qué habría hecho distinto de ser Biden, desaprovechó la oportunidad al responder una frase que Trump no tardó en aprovechar: «No, no puedo pensar en nada ahora mismo».

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