La empresa estatal rusa Gazprom afirmó que continúa suministrando gas a través de Ucrania en los mismos volúmenes diarios que los previos a la invasión. En los últimos días, Europa aumentó las extracciones de gas de las instalaciones de almacenamiento.
La empresa estatal rusa Gazprom afirmó hoy que continúa suministrando gas a Europa a través de Ucrania, en los mismos volúmenes diarios que los previos a la invasión.
El vocero del holding, Sergei Kuprianov, confirmó que "Gazprom suministrará este sábado gas ruso a través del territorio de Ucrania en el modo regular, de acuerdo con las solicitudes de los consumidores europeos: 109,5 millones de metros cúbicos diarios".
En general, en los últimos días, Europa aumentó las extracciones de gas de las instalaciones de almacenamiento y elevó significativamente las compras de gas a Rusia en el contexto del aumento de los precios al contado debido al clima frío, la falta de viento y, sobre todo, debido al agravamiento de la situación en Ucrania, precisó la agencia de noticias Europa Press.
La invasión rusa sí repercutió en la suspensión de la certificación del gasoducto Nord Stream 2 que iba a proveer a Alemania de gas ruso a través del Mar Báltico.
La compañía germano-rusa Nord Stream 2, cuya casa matriz es Gazprom, presentó esta semana una solicitud de quiebra y despidió a sus 106 empleados, indicó hoy la responsable económica del cantón suizo de Zug, donde tiene su sede.
La construcción de ese gasoducto fue defendida durante años por la exjefa del gobierno alemán Angela Merkel, pese a las presiones de Estados Unidos, que lo veía como un medio del presidente ruso, Vladimir Putin, para ejercer un chantaje energético sobre la primera potencia económica europea.
Las maniobras de preparación de la invasión de Ucrania y su concreción sellaron finalmente la suerte de este ducto, que estaba pronto para empezar a funcionar, con una capacidad de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas.
El ducto submarino, de 1.230 kilómetros, fue concluido a fines de 2021, con una inversión de 11.000 millones de dólares, pero aguardaba la certificación alemana para empezar a funcionar.
Este millonario proyecto ahora "no es más que un montón de acero, en el fondo del mar", graficó el vocero del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price.