Ocurrió en la escuela 64 “Cruce de Los Andes”, donde se las rebuscan para enfrentar las bajas temperaturas sufridas en la capital de la provincia de Buenos Aires. “No son condiciones dignas”, dijeron.

La ola polar que afecta a gran parte del país, puso al descubierto los graves problemas que existen en varias escuelas de la provincia de Buenos Aires por la falta de calefacción.

Ante esta problemática, en algunos colegios las clases fueron suspendidas, o los alumnos del turno mañana cambiaron el horario de ingreso. En otros, donde hay aires acondicionados frío-calor, les propusieron a los docentes que los enciendan por turnos.

Ahora, en La Plata, los alumnos tomaron una medida extrema: para que no entre el frío por los vidrios rotos de las ventanas, los taparon con cartones.

Se trata de la escuela 64 “Cruce de Los Andes”, ubicada en diagonal 73 y 22 de la ciudad de La Plata. En declaraciones al diario El Día, los alumnos dijeron que “de la totalidad de los salones hay uno solo con las ventanas bien, todos los demás no tienen o están rajadas, lo cual es muy peligroso. Los mismos alumnos tapamos los huecos por el frío. Así se dificulta estudiar porque no son condiciones dignas”.

Y le exigieron a las autoridades que respeten los derechos básicos que tienen como estudiantes. “Queremos algo tan básico como gas, agua y ventanas sanas. Porque así no se puede estudiar y sin embargo las clases se dictan igual”, subrayaron.

Además, se mostraron en contra del recorte de horario que sufren los chicos del turno mañana. “La única solución que nos dan es que entremos dos horas más tarde o que suspendan las clases. Ya muchas se perdieron en los años de pandemia”, advirtieron.

El insólito comunicado que recibieron los maestros de una escuela cuando se quejaron por el frío

El Presidente del Consejo Escolar de General Rodríguez, envío un comunicado a los docentes en el que dio a entender que los alumnos se calientan entre sí en el aula, por más que no haya calefacción.

“Administrar adecuada y criteriosamente el consumo eléctrico. Esto es distribuyendo el consumo equilibradamente por tandas. Por ejemplo, encender los aires acondicionados 1 o 2 horas por grupo. Luego se apagan y se procede al encendido del otro grupo. Así, ir alternando. Esto evita que la instalación colapse”, dice la misiva.

Al final del comunicado les explica que “el cuerpo humano irradia calor equivalente a una pequeña estufa de 75 y 150 watts. Esto implica que un aula con 30 alumnos tendríamos en promedio una estufa de alrededor de 3000 watts. Es evidente, por lo tanto, que la temperatura del ambiente ‘una vez adentro’ siempre va a ser superior a la de afuera”. El Día