Opinión del Director

La política no debe ser mala palabra

Caminamos por estos tiempos un experimento inédito en nuestro país. En lo político con un presidente totalmente disruptivo en sus modos y ayer, en la tarde del sábado con la reaparición después de un tiempo de la expresidenta de la Nación, otra vez lo vimos en su diatriba desde X (Twitter). La ex Jefa de Estado es una de las figuras políticas que ocupa la centralidad del poder desde los últimos 20 años. Ayer volvió al escenario político y lo hizo con críticas hacia la actual gestión: puntualmente en lo económico y el elevadísimo costo social que ello conlleva.



Nada nuevo para lo que estamos viendo desde el 10 de diciembre a esta parte. Pero más allá de la inmediatez de los cruces entre actual Jefe de Estado nacional y la exvicepresidenta, asistimos impávidos a una especie de sordera de los actores políticos.



Con estos escenarios de cruces la ciudadanía vuelve a verlos lejos. Como orbitando otras vías lácteas de la realidad que en el cotidiano vivir están lejísimas de lo que el hombre y mujer todos los días debe hacer para vivir. O sobrevivir.



Por citar ejemplos: en Corrientes en pocos días el boleto de colectivo urbano costará $990, el más caro del país; las facturas de consumo energético empezaron a llegar con más del 100% y en mayo treparán otro 200%; sumado al costo de comprar alimentos y cargar combustible, esto último volverá a incrementarse en los primeros días de mayo venidero.



Por qué es importante marcar esto que para nosotros es obvio. Justamente por eso, por su obviedad, porque la clase política sigue en su limbo. ¿Otro ejemplo? El aumento salarial de los senadores nacionales cuyos tres representantes de Corrientes votaron a favor.



Y hablando de nuestra provincia asistimos a otra disputa política en medio de la inmensa adversidad social para los correntinos. El partido gobernante en Corrientes entró en un camino ¿sin retorno? de pelea interna para ver quién se queda con el sello de la UCR que gobierna Corrientes desde hace casi 25 años, con el inicio del presente siglo XXI.



Es importante marcar estas obviedades porque no hacen más que afianzar la gran repulsión que, lamentablemente la gente siente por la política y es allí donde se debe trabajar. Recomponer el trabajo político y la representación para volver a construir redes que contengan a todos los sectores. Eso es la política, no el mero cruce verbal entre sus exponentes. La política no debe ser mala palabra o decirle político a alguien como si fuera un insulto.

Autor: 404918

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