El hombre por cuya cabeza Estados Unidos ofrece una recompensa de 10 millones de dólares ha emergido como la figura central en la futura reconstrucción de Siria. Abu Mohamed al Jolani , líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), eligió este domingo un escenario cargado de simbolismo para su discurso: la histórica Mezquita Omeya de Damasco , uno de los lugares más sagrados del islam y un ícono cultural del mundo árabe. Desde allí, en un acto cuidadosamente orquestado, trazó su plan para un nuevo orden en el país, intentando posicionarse como un líder renovado, capaz de reconciliar a una nación devastada y, de paso, diluir las acusaciones que aún pesan sobre él en Washington.El Departamento de Estado norteamericano lleva más de una década acusándolo de liderar ataques terroristas, secuestros y masacres de civiles , delitos que lo colocaron en la lista de terroristas internacionales desde 2013 y que, hasta hoy, mantienen vigente la recompensa millonaria por información sobre su paradero. Sin embargo, consciente del escrutinio externo, Jolani busca ahora reinventarse. En un gesto inequívoco hacia la comunidad internacional, sus palabras de este domingo marcaron un claro intento por distanciarse de su pasado yihadista y adoptar un tono conciliador.Horas después de la huida del dictador Bashar al Assad y de la entrada de las fuerzas opositoras a Damasco, la imagen de Jolani congregando a una multitud en la Mezquita Omeya resulta reveladora. Más allá del simbolismo religioso, este acto apunta su voluntad de legitimarse ante el pueblo sirio y de proyectar una imagen de líder capaz de llenar el vacío de poder.Noticia Relacionada estandar Si Las intrigas palaciegas que hundieron a la dinastía Assad David Alandete | Corresponsal en Washington Tuvieron medio siglo para expoliar Siria, se van con miles de millones y dejan atrás un país en ruinas tras haber inundado la región de drogaPero la elección del lugar, no un edificio gubernamental sino un santuario islámico, refuerza su perfil ideológico y subraya un giro hacia una institucionalidad basada en principios religiosos, en contraste con el secularismo que caracterizó el régimen de los Assad durante más de medio siglo.Jolani, antiguo combatiente de Al-Qaeda y fundador del Frente al Nusra, dice haber evolucionado en los últimos años. Tras crear HTS en 2017, ha tratado de moderar su imagen, alejándose del discurso yihadista y presentándose como un líder pragmático, dispuesto a abrir un nuevo capítulo para Siria. En su intervención, enfatizó la necesidad de evitar venganzas y construir una «Siria para todos los sirios». Su mensaje, aunque ambiguo, pretende tender puentes con las minorías religiosas y étnicas que durante décadas han sido protegidas, en teoría, por el régimen alauita de los Assad.La religión como papel centralEn un país tan diverso como Siria, donde conviven suníes, cristianos, drusos y alauíes, estas promesas son cruciales, pero también generan dudas. Mientras Assad utilizaba el secularismo como herramienta para presentarse como protector de las minorías, Jolani plantea un modelo en el que la religión jugará un papel central. Esto despierta recelos, especialmente entre las comunidades que han sufrido violencia sectaria durante años de guerra.El contexto regional pesa igualmente en su discurso. Jolani lanzó críticas directas a Irán , acusando a Teherán de haber instrumentalizado a Siria para sus ambiciones imperialistas y de convertirla en un corredor para armar a Hezbollah en Líbano. Prometió que, bajo su liderazgo, Siria no será más «un campo de juego» para intereses extranjeros, un mensaje claro para Israel y Estados Unidos, adversarios tradicionales de los Assad. Esta referencia implícita a los intereses de las potencias occidentales parece un intento de enviar señales de pragmatismo y buscar reconocimiento internacional.Jolani también denunció la transformación de Siria en un «narcoestado» bajo el régimen de Assad, señalando el auge del tráfico de captagón, la anfetamina que ha inundado Oriente Próximo y que ha servido como una fuente clave de ingresos para la dictadura. Se comprometió a erradicar estas redes de narcotráfico y a restaurar la reputación internacional del país. Esto será sin duda bienvenido en países de la zona, en especial Arabia Saudí, donde acaba gran parte de esa sustancia que tantas sobredosis provoca.EscepticismoLa sombra del pasado de Jolani no se va a borrar tan fácilmente, porque él dice asumir un liderazgo también basado en la religión, de ahí que diera el discurso en la mezquita. La Casa Blanca , por ahora, se muestra escéptica. Un alto funcionario estadounidense resumió la postura de Washington: «Esos líderes de grupos rebeldes están diciendo las cosas correctas, pero lo importante aquí es que debe haber un papel para todos los grupos minoritarios». Jolani, con su discurso calculado, parece haber captado este mensaje, pero su capacidad para cumplirlo y ganarse la confianza de la comunidad internacional sigue siendo, por ahora, una incógnita.