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La semana de furia contra Starmer de la nueva líder ‘tory’: «¿Pedirá disculpas por los insultos a Trump?»

Priti Patel ha vuelto a la carga. Y aunque no como líder conservadora, que fue su aspiración, sí como responsable en la sombra de Asuntos Exteriores, posición que no es baladí en un contexto geopolítico tan convulso como el actual, con guerras importantes en Europa y Oriente Medio y el reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, entre otros frentes. A la polémica Patel, exministra del Interior que aparentemente había caído en desgracia tras ser uno de los pesos pesados de Boris Johnson, la sacó del pozo Kemi Badenoch, la nueva líder del Partido Conservador, que dio los primeros pasos de su liderazgo esta semana, mientras Trump se hacía con la presidencia, por segunda vez, al otro lado del Atlántico.Precisamente, el miércoles, durante la primera sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, Patel aparecía sonriente y orgullosa detrás de su redentora mientras esta presionaba a Keir Starmer para que respondiera si su ministro de Exteriores, David Lammy, había cambiado su postura sobre Trump y si se disculparía, luego de haberlo llamado hace unos años, entre otros adjetivos, un «sociópata simpatizante de los neonazis». Fue un inicio pisando fuerte para Badenoch, que dejó claro que está dispuesta a desafiar sin pestañear al gobierno laborista, tanto en temas domésticos como internacionales.Noticia Relacionada estandar Si Kemi Badenoch, la mujer que sería capaz de cruzar la calle para iniciar una pelea Ivannia Salazar | corresponsal en londres «Soy muy franca y muy segura de mí misma, no soy de las que se quedan al margen», dice sobre sí misma la nueva líder \'tory\', cuyo estilo político ha sido descrito como «agresivo» e incluso «abrasivo»La primera intervención de Badenoch como líder tory se produjo en un contexto marcado por las celebraciones del inminente regreso del multimillonario a la Casa Blanca, tras su victoria en las presidenciales. Y Badenoch no perdió la oportunidad de dar un golpe político desde el primer momento, al comenzar felicitando a Trump por su victoria y marcando el tono de la discusión. Rápidamente pasó a la ofensiva al centrar su atención en los comentarios de Lammy, que también llamó a Trump un «racista que simpatiza con el Ku Klux Klan».En un artículo publicado en \'Time\' en julio de 2018, Lammy también calificó a este «tirano con peluca», de ser una amenaza para el orden internacional y de representar un peligro grave para los valores democráticos y los derechos humanos. Badenoch no dudó en exponer esas palabras, cuestionando si Lammy había reconsiderado sus comentarios ahora que Trump había sido reelegido. «Si el ministro de Exteriores no se ha disculpado, ¿lo hará ahora?», insistió Badenoch, haciendo que Starmer se enfrentara a una cuestión incómoda. El líder laborista evitó abordar directamente la pregunta, y en su lugar, defendió la importancia de mantener una relación sólida con Estados Unidos.Badenoch continuó entonces apuntando a las contradicciones del partido gobernante, lo que contribuyó a una atmósfera tensa durante el intercambio. Su tono combativo y seguro también se reflejó en otros temas clave de su intervención, y dejó en claro que su liderazgo buscará un enfoque más agresivo en la política interna, especialmente en relación con la defensa y el gasto público. Preguntó a Starmer si estaba dispuesto a comprometerse a aumentar el gasto en defensa hasta un 2.5% del PIB, una promesa que los conservadores habían hecho en el pasado, pero que, dijo, no ha sido reflejada en el presupuesto de otoño presentado por el gobierno laborista. La líder, la primera persona negra en ocupar la cabeza de los tories, acusó entonces a Starmer de no tener una visión clara para la seguridad del Reino Unido.Más nombramientosEn paralelo a esta fuerte postura frente a Starmer, Badenoch también tomó decisiones importantes dentro del Partido Conservador esta semana, con el nombramiento de su nuevo gabinete en la sombra, compuesto por miembros de su partido que ocupan posiciones equivalentes a las del gobierno y cuya función es supervisar, criticar y ofrecer alternativas a sus políticas en sus respectivas áreas.La designación de figuras como Patel, que abandonó el cargo durante el breve mandato de Liz Truss, fue una de las más llamativas. Su nombramiento se interpretó como un intento de la nueva líder conservadora de unificar a las diversas facciones dentro del partido. En particular, este movimiento fue visto como un intento de atraer a los sectores más duros de la formación, ya que cabe recordar que, por ejemplo, Patel fue quien propuso el controvertido plan de enviar a Ruanda a los inmigrantes ilegales que llegaran al Reino Unido.Otro nombramiento clave fue el de Robert Jenrick, exministro que fue rival de Badenoch en la carrera por el liderazgo del partido. Jenrick asumió como responsable de Justicia en la sombra, después de que en su campaña por liderar el partido hiciera de la ruptura con la Corte Europea de Derechos Humanos una de sus propuestas centrales. La composición del gabinete en la sombra, junto con el tono desafiante de su intervención en los Comunes, marcaron así un nuevo comienzo para los tories bajo la dirección de Badenoch, quien demostró que su liderazgo será probablemente mucho más combativo y directo que el de su predecesor, Rishi Sunak, y su debut en la primera sesión de preguntas al primer ministro fue recibido, además, con opiniones positivas por los comentaristas políticos y varios medios de comunicación británicos.

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