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La situación se complica en Cisjordania, mientras se estancan las negociaciones de alto el fuego el Gaza

La mayor operación de Israel en Cisjordania desde el final de la segunda intifada deja un rastro de muerte y destrucción en los campos de refugiados de Tulkarem, Yenin y Tubas. La situación recuerda a la estrategia de castigo colectivo aplicada en Gaza y miles de personas, que ya antes de la operación militar vivían en lugares deprimidos, sufren las consecuencias en unos campos donde blindados y excavadoras han arrasado caminos, infraestructura civil y edificios. UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos, tuvo que suspender la ayuda a los campos debido a la falta de seguridad.El Ejército anunció la muerte de un alto responsable de Hamás en Jenin, Wissam Haze m , tras una emboscada contra el vehículo en el que viajaba junto a otros dos milicianos y ya son al menos veinte los palestinos muertos en los últimos tres días. La violencia se ha disparado en Cisjordania desde los ataques de Hamás del 7 de octubre , los muertos superan los 600 y el Ejército ha convertido el territorio en su tercer gran frente junto a Gaza y la frontera norte, donde Hizbolá lanza cohetes cada día. El secretario general de la ONU, António Guterres , calificó la acción militar en curso de «acontecimiento peligroso» que empeora una «situación ya de por sí explosiva» y el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, instó a los miembros de la UE a considerar la posibilidad de imponer sanciones a determinados ministros israelíes que apoyan la anexión de Cisjordania.Noticia Relacionada estandar No El Ejército israelí recupera el cuerpo de un soldado asesinado por Hamás el 7 de octubre ABC A petición de la familia, el nombre del militar aún no ha sido publicado«El gran cambio que podemos ver a partir de esta operación es que la presencia del Ejército sea más constante y se sienta mucho más en estas zonas. Hay riesgo de actos terroristas por parte de milicias palestinas, de acuerdo, pero la solución militar no traerá la mejora de la situación sino todo lo contrario», afirma Mauricio Lapchik, director de relaciones exteriores de la organización israelí Peace Now.A las operaciones militares se le suma la violencia de determinados grupos de colonos, que imponen su ley en los territorios ocupados y lanzan ataques contra comunidades palestinas. En los últimos diez meses, la ONU ha documentado alrededor de 1.270 ataques de colonos contra civiles palestinos, en comparación con 856 en todo 2022.Lapchik piensa que «la intención del Ejército y los servicios de inteligencia es combatir el terrorismo judío, pero el Gobierno de Netanyahu lo apoya y fomenta acciones ilegales como la creación de puestos avanzados, la expansión de los asentamientos y la confiscación de tierras. Desde el 7 de octubre el movimiento colono, patrocinado por el Gobierno, aprovecha la situación para cambiar las cosas sobre el terreno». Se estima que tres millones de palestinos viven en Cisjordania -excluyendo Jerusalén Oriental- junto con alrededor de más de medio millón de colonos, repartidos en unos 130 asentamientos y protegidos por las fuerzas de seguridad. La solución de los dos Estados que defiende Estados Unidos, la UE y la ONU es cada día más difícil de lograr ante una ocupación que avanza imparable.Nueva línea roja de NetanyahuMientras la situación de seguridad se complica en Cisjordania, las conversaciones para lograr el alto el fuego en Gaza se han estancado debido a la exigencia de Netanyahu de mantener tropas en la frontera entre Egipto y Gaza. Esta exigencia del primer ministro provocó una airada discusión con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, en la última reunión del gabinete de seguridad, según informó la prensa israelí. Gallant defendió que la liberación de los rehenes debe ser la prioridad y que no hacerlo lo antes posible podría desencadenar una guerra a nivel regional.

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