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La teleserie que pone en alerta a los taiwaneses sobre una invasión de China

Taipei informó el pasado domingo sobre que ha detectado la presencia de cerca de 40 aviones y doce buques de las Fuerzas Armadas de China en las inmediaciones de la isla en mitad de una escalada de las tensiones entre China y Taiwán , según reporta Europa Press. Esto podría ser solo el argumento de la nueva serie taiwanesa, \'Zero Day\', cuyo tráiler se publicó la semana pasada y que narra una invasión china sobre la isla; sin embargo, la situación va más allá de la ficción.La serie \'Zero Day\', una de los primeros ejemplos culturales recientes que denuncian la circunstancia que padece la isla, cuyo objetivo es el de concienciar a la población sobre una más que posible invasión china sobe la que, según el director Lo Ging-zim , no se habla, en un contexto más o menos ficticio de hundimiento del mercado de semiconductores, sector capital de Taiwán.La trama comienza con un avión antisubmarino Y-8 del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino, que desaparece del radar en aguas del sureste taiwanés. China , bajo el pretexto de la búsqueda y rescate, decide efectuar un bloqueo marítimo y aéreo a Taiwán. Es una total declaración de guerra que pretende estar encubierta.Noticia Relacionada estandar No Trump dice que Taiwán debería pagar por el apoyo militar de Estados Unidos José Ignacio de la Torre «Los conozco muy bien, los respeto mucho. Se han quedado casi con el 100% de nuestro negocio de semiconductores», dijo el expresidente¿Puede Taiwán siquiera entrar en guerra contra China? La serie refleja cómo el miedo comienza a apoderarse de la sociedad taiwanesa y se abre una fractura social : una \'influencer\' taiwanesa aparece en un directo afirmando que no deberían pelearse contra su propia gente —refiriéndose a que chinos y taiwaneses son una misma patria—, mientras un espectador rechaza esa sentencia.Este debate identitario llevará a una parte de la sociedad taiwanesa a alinearse con China: «Años de amenaza e inducción han propiciado que surjan colaboracionistas internos que crean que el EPL puede traer un nuevo orden a Taiwán», cuenta el narrador en la serie. Por el contrario, otra parte considera que China les privará de libertades : «Sin capacidad de elegir, no hay libertad; sin libertad, Taiwán no es Taiwán», confiesa el ficticio presidente en una rueda de prensa al país, cortada justo cuando el mandatario quiere comunicar que China ha decidido invadir Taiwán y sustituida por un mensaje de presunta protección china en caso de rendición de la población.Para el correcto proceder de la trama, la dirección de la teleserie ha consultado a fuentes militares para poder grabar en zonas restringidas y, sobre todo, para que expliquen el escenario más completo y fidedigno de la posible invasión, con la férrea voluntad de reflejar cómo se llevaría realmente a cabo, qué sectores se verían afectados y de qué manera: el bloqueo naval y aéreo, el papel de la guerra cibernética, los cortes de suministros, agua y telecomunicaciones; o los problemas culturales inherentes a la identidad taiwanesa.La serie ha conseguido financiación pública, aunque no directamente, sino mediante iniciativas gubernamentales de apoyo creativo, una manera de argumentar menor agresividad de cara a una posible ofensa a China. Asimismo, ha habido capitales privados implicados en la producción como Robert Tsao , multimillonario taiwanés del sector tecnológico que lleva tiempo concienciado con la causa e impulsando las defensas no gubernamentales de Taiwán.Actores e implicados en la producción y desarrollo de la serie se enfrentan a serios problemas a nivel laboral: el principal mercado cultural taiwanés es China, donde esta producción está censurada por ser ofensiva contra el régimen, incluso hay medios que reportan la censura del tráiler y comentarios al respecto en redes sociales chinas.«¿En qué ha fallado el sistema educativo? En que no tenemos un país », asevera el ficticio presidente de \'Zero Day\' en p\'etit comité\'. De la ficción a la realidad\'Zero Day\' refleja el escenario en el que Taiwán se encuentra: no está reconocido oficialmente como estado soberano por Estados Unidos ni por la Unión Europea —apenas 14 países lo reconocen—. Sin embargo, cuenta con una importante relación con el país norteamericano a raíz del denominado Escudo de Silicio. El Escudo de Silicio está acuñado al valor de Taiwán como país estratégico en cuanto a la fabricación de microchips. Esta tecnología —circuitos integrados— son unas estructuras fabricadas con material semiconductor, principalmente silicio, que son fundamentales para el desarrollo tecnológico. Se encuentran en todo tipo de dispositivo electrónico. La empresa multinacional Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es la compañía tecnológica más valiosa del mundo, encargada del diseño y elaboración de microchips. TSMC es la principal empresa taiwanesa que desarrolla estos pequeños circuitos por contrato, siendo la tecnológica estadounidense Apple un ejemplo de cliente. Lleva a cabo el 68% de la producción mundial y más del 90% de la fabricación de aquellos de última generación , lo que les deja como absolutos líderes del mercado.Aunque China tiene los ojos puestos en Taiwán por motivos políticos e identitarios: el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China Lin Jian , dijo el pasado 31 de julio en una rueda de prensa, recogida por la agencia china Xinhua, que «en el mundo sólo hay una China —el nombre oficial de Taiwán es República de China, a diferencia del país chino cuyo nombre oficial es República Popular China— y Taiwán es parte inalienable de su territorio»; sin embargo, los semiconductores son otro motivo más que de peso en materia económico-científica para presionar por una anexión.Relación a tres bandasChina necesita comprar semiconductores a Taiwán a cambio de grandes sumas de dinero y no tiene la capacidad de competir en cuanto al diseño ni desarrollo de estos microchips. Un aspecto fundamental para rivalizar con Estados Unidos en la terna por quién aspira a ser la primera potencia mundial en las próximas décadas.EE.UU., por tanto, está peculiarmente interesado en defender Taiwán para mantener su statu quo a nivel global , por lo que Taiwán cuenta con ese Escudo de Silicio que le protege de una invasión china. Aunque el expresidente estadounidense, Donald Trump , ya avisó en una entrevista a mediados de julio que si él se convertía finalmente en Presidente, optaría por cobrar a Taiwán por la ayuda militar, lo que debilita la posición de la isla.No obstante, el problema taiwanés reside principalmente en la externalización de la producción de semiconductores por parte de empresas como TSMC a la propia Estados Unidos —que cuenta con dos plantas de fabricación— o a otras regiones del globo que, en definitiva, resquebraja el Escudo de Silicio frente a una invasión china ya que EE.UU. dejaría de ver la imperiosa necesidad de salir en su defensa si la producción de semiconductores vuelve a estar bajo sus fronteras.

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