Política

La tormenta del Niño

Crédito: 106408

Más temprano que tarde, la crisis comienza a vislumbrarse en la administración correntina. Mientras que a nivel nacional pareciera que entramos en una meseta, con la ayuda explícita del cerco mediático del gobierno de Cambiemos, en Corrientes el “eco” de las turbulencias empiezan a retumbar con fuerza. La Municipalidad en manos del doctor Tassano es un caldero, a tal punto de que si no se cambian algunas cartas, todo está al borde del estallido. Y por decir algunas cartas, decimos Hugo “Cuqui” Calvano y Yamandú Barrios, quienes dejaron de lado la cortesía y el discurso liberal dialoguista, para convertirse en una especie de matones. Por un lado, el ahijado político de Lilita Carrió que alguna vez fuera el enarbolado héroe del boleto estudiantil gratuito, destrató a los empleados municipales que hoy reclaman un mejor salario ante la insostenible coyuntura de crisis económica, llamándolos “crotos”. En tanto que Barrios, mandó al hospital a dos agentes, uno de ellos descompensado por el maltrato recibido por parte del funcionario público.

 

Así como el gobierno de Mauricio Macri se postuló como la alianza del cambio y “el mejor equipo de los últimos 50 años”, sin embargo vemos que tienen muy pocas luces para gobernar, lo mismo sucede con ECO+Cambiemos en Corrientes. La alineación Nación-Provincia-Municipio comienza a cobrar a sentido en nuestros pagos, pero lejos de traer el crecimiento que se prometía, lo que en realidad se replican son problemas y la incapacidad de gobernabilidad. Aquí no es más que un síntoma de los quiebres del radicalismo, del que se sabe que es muy bueno para hacer cumplir las reglas de las instituciones y la democracia mas no así para conducir ni administrar. Y a pesar de que los radicales se llenan la boca hablando de institucionalidad, hoy pareciera que no pueden cumplirlo y su casa está más desordenada que nunca. Hay quienes dicen que les falta experiencia e idoneidad, pero si hace tantos años ya están en política ¿qué será que aprendieron en todo este tiempo?

 

Por caso, lo único loable que llevó a cabo “Cuqui” Calvano fue su lucha por el boleto estudiantil gratuito que hoy es una realidad, en parte gracias a él y a otros funcionarios pero sobre todo a la movilización de los estudiantes. Sin embargo, desde que asumió en la actual gestión, hizo oídos sordos al reclamo popular por los incesantes aumentos en la tarifa plana del servicio de transporte público, poniéndose la camiseta de la coalición que representa, la de Cambiemos y la de Ersa. ¿La del pueblo? Bien, gracias. Pero es sabido que la gestión municipal que sigue a Mauricio Macri, lejos está de ser un gobierno del pueblo, que más bien elige ponerse del lado de los poderosos en vez de bancar a los correntinos de a pie.

 

Lo que sucedió el viernes en el Palacio Municipal no puede quedar en la nada. Hasta hay personas que a viva voz piden la cabeza de Calvano y Barrios, por lo que el intendente deberá tomar con urgencia cartas en el asunto. Tal vez este inicio de semana desayunemos la noticia de que Tassano le pida la renuncia a los funcionarios mencionados, o bien que ellos mismos den un paso al costado por motu propio. Aunque tampoco sería extraño que todo siga como está, que “Cuqui” y Yamandú solo reciban un llamado de atención entre cuatro paredes. No sería la primera vez que, en este gobierno, haya funcionarios que maltraten a empleados públicos y luego no tengan ni siquiera una sanción. Frescas aún están en la memoria las palabras del ministro de Educación, Finocchiaro, quien dijo que a los docentes que hicieran huelga les descontaría el salario, deslegitimando totalmente la lucha que llevaban a cabo por mejores condiciones laboral, un mejor salario y un mayor presupuesto para la educación del nivel superior. Ni tampoco hay que olvidar a María Eugenia Vidal, cuando osó decir que “los pobres no llegan a la Universidad”. Y es cierto, bajo este gobierno de ajuste y hambre, los pobres nos dirimimos entre trabajar para poder comer o ir a estudiar. Ni Finocchiaro ni Vidal recibieron sanción alguna, más allá del repudio social.

 

La situación en Corrientes es bastante parecida porque ya todos salieron a rechazar el destrato que recibieron los empleados municipales, quienes reclaman un 18,5% de recomposición salarial y sobre lo que Calvano expresó que ni siquiera están en condiciones de pagar el 5% acordado. Con una inflación que cerrará el año en los 45 puntos porcentuales, la administración capitalina vuelve a bastardear cobardemente a los trabajadores con un aumento miserable. Por ello es que, legítimamente, empleados municipales manifestaron su descontento frente a la municipalidad correntina pidiendo la renuncia de Calvano, quien livianamente respondió que “estos crotos no me van a hacer renunciar”. La impunidad del joven funcionario demuestra que está decidido a hacer carrera para la intendencia, en un futuro, y que no dará el brazo a torcer. Habrá que ver qué jugada realizan las manos tibias de Tassano, pero el Niño ya desató la tormenta en una administración que no sabe más que hacer para defender la crisis en que nos sumió el neoliberalismo.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web