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La trágica historia detrás de la celebración del Día de los Inocentes

 

Los orígenes de la celebración del Día de los Santos Inocentes se remonta los relatos bíblicos de San Mateo, que tomó nota de la trágica historia que luego se convirtió en una celebración cristiana que continúa hoy en día.

El Rey Herodes era un gobernante de Judea que provenía de Roma e intentaba imponer sus creencias políticas y dominaba diferentes territorios, entre los que se encontraba la ciudad de Belén.

En vísperas del nacimiento de Jesús, los Reyes Magos visitaron al mandatario y le compartieron la noticia que una estrella del Oriente presagió el nacimiento en Belén del “Rey de los Reyes”.

El monarca temía que el recién nacido amenazara su trono y planeara destronarlo. Cuando Gaspar, Melchor y Baltasar visitaron a Jesús, le presentaron ofrendas de oro, incidencia y mirra, advirtiéndole a la Virgen María que anunciara su paradero, para evitar que Herodes pueda localizarlo, luego de ello desaparecieron.

Ante este suceso y sin éxito de ubicar a los peregrinos, el rey ordenó la ejecución de todos los recién nacidos en Belén. Esto tenía como objetivo frenar la gloria divina, lo que condujo a cientos de muertes trágicas de pequeños menores de dos años.

El cristianismo considera cada uno de estos fallecimientos como mártires, que protegieron a Jesús. De esta manera, hacia el siglo IV se decidió celebrar el Día de los Santos Inocentes.

Inocencia de niños


Hoy en día se toma cada 28 de diciembre como un día para hacer bromas en recuerdo del modo de ser juguetón y alegre de aquellos bebés que no tuvieron tiempo de hacerlas; es buena ocasión de hacer agradable la vida a los demás, con admiración y sorpresa, en desagravio del mal que provocó el egoísmo de aquel que tanto se fijó en lo suyo que aplastó a los demás.

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