Roxana, abuela de B. (3 años) expuso públicamente una situación lamentable: su nieto no es aceptado en dos colegios privados de la ciudad (Santa Ana y San Benito) por tener síndrome de TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo).

 

“Mi nieto no tiene una discapacidad. Está en pleno tratamiento y creemos que esto es una discriminación”, expresó la mujer. B, vaya detalle, viene concurriendo a un Mitaí municipal donde lo atienden con absoluta normalidad.

 

Roxana es abuela de B. de 3 años, quien desde hace uno fue diagnosticado con TGD y contó el suplicio que viene atravesando con el intento de incorporar al pequeño a una escuela regular.

 

“Quisimos que ingrese al San Benito. Lo dejaron en lista de espera, mi hija fue a todas las reuniones y al final lo dejaron afuera. En el Santa Ana pasó lo mismo. Le pidieron informes y le dijeron que tienen a otro chico del mismo problema”, explicó.

 

“Mi nieto no es discapacitado. Está en tratamiento y es discriminado. No lo aceptaron en ninguno de los dos colegios”, sostuvo Roxana.

 

La mujer contó cómo empezó a desarrollar el trastorno el pequeño: “lloraba, se autogolpeaba. El pediatra le envió a un especialista que le realizó los estudios neurológicos y se le sugirió tratamientos”.

 

“Mi hija tiene 25 años y sufre mucho por esto. Además ya sufrió todo su embarazo por tener una relación violenta. En el Centro Alas, donde él se hace el tratamiento, le dijeron que puede concurrir a una escuela común con una maestra integradora, pero lo mismo no le permiten el ingreso”, agregó.