Transcurridas tres semanas desde la incursión de las tropas ucranianas en el territorio ruso por el oblast de Kursk, puede esbozarse el grado de consumación de las tres finalidades esenciales de Kiev al lanzar tal operación. De la primera, de significado operativo superior: obligar a Moscú a aliviar su presión en el Donbás , podría ya descartarse su consecución. La arriesgada y audaz acción ucraniana no ha logrado dañar ni la iniciativa ni el momentum con el que las tropas rusas siguen progresando en el oblast de Donetsk. Allí, estas últimas están acelerando el ritmo de su avance hacia Prokovsk , ratificando así que el pleno dominio del Donbás continúa figurando con la máxima prioridad en la lista de objetivos fundamentales del plan de campaña ruso. A la vez, la necesaria acumulación de medios para la ofensiva en Kursk, así como su refuerzo y sostenimiento, han mermado las capacidades defensivas ucranianas en algunas de sus posiciones , en los más de 1.000 km de frente en el teatro. La segunda finalidad: simular una mutación de su prolongada actitud defensiva por otra más ofensiva , tampoco parece sostenerse. Superada la sorpresa inicial, las tropas rusas han logrado contener a las ucranianas en una bolsa de algo más de 1.000 km2, a la vez que han abortado otros intentos de penetrar en territorio ruso por los oblast de Briansk y Belgorod. El déficit crónico de recursos humanos no hace muy previsible que, por el momento, Kiev se plantee ir más allá de lo hasta ahora conseguido. Por el contrario, que trate de consolidarse en la bolsa de Kursk contra la que Moscú, probablemente, emplee una fuerza dosificada tratando de evitar, en todo lo posible, dañar las estructuras e infraestructuras de la zona: ésta es rusa y, antes o después, bien por la negociación o bien por la fuerza de las armas, habrá de retornar a la soberanía rusa. En todo caso, persistir en la profundización en territorio ruso podría traer el colapso ucraniano en el Donbás, particularmente en los 75 km del sector angular Prokovsk–Kostiantynivka–Kramatorsk. Hipótesis que, de consumarse, favorecería un potencial avance de las tropas rusas hacia la línea del Dniéper (Zaporiyia–Dnipropetrovsk). El bombardeo de Kramatorsk , en la madrugada del 25 de agosto –de gran difusión internacional por haber alcanzado a cuatro periodistas de varias nacionalidades–, evidencia un incremento de la presión rusa contra esa ciudad bastión, nudo de comunicaciones y clave de bóveda de la defensa ucraniana en el Donbás.Noticia Relacionada estandar No Rusia advierte a Kiev de un «aumento radical de los ataúdes» si siguen adelante con sus ataques en Kursk ABC Zajarova asegura que el ataque sobre Kursk «cancela \'a priori\'» cualquier posible negociación de paz con UcraniaEn fin, solamente la tercera finalidad esencial ucraniana: reforzar su potencia negociadora de cara a una hipotética conferencia de paz que finiquitase la guerra, parece sostenerse íntegramente. En ese marco habrían de inscribirse las declaraciones de Zelenski , en rueda de prensa, en Kiev, este mismo martes, anunciando su intención de presentar a Biden y a los dos candidatos a la presidencia norteamericana, Trump y Harris, en el plazo de un mes, un plan para finalizar la guerra con Rusia. Siendo una iniciativa de parte tiene, en principio, pocas probabilidades de prosperar. Previsiblemente, el líder ucraniano trataría de involucrar a EE. UU. en un proceso por él diseñado, que alargaría indefinidamente una guerra que, cada vez, parece más perdida por Ucrania . Mientras tanto, Moscú ha retornado a su estrategia de destrucción de las capacidades ucranianas con una nueva campaña de ataques contra las infraestructuras energéticas ucranianas con misiles y drones artillados. Ucrania, dentro de sus posibilidades, opera atacando esporádicamente objetivos logísticos de las tropas rusas. No puede descartarse –algunas fuentes así lo indican–, que, antes de fin de año, Putin decretase una movilización general para incorporar a filas hasta 300.000 varones de entre 18 y 60 años. De confirmarse, eso supondría que la llamada Operación Militar Especial se acercaría al estado de guerra. En tal contexto, cobran sentido mayor los recientes avisos de Kiev a Minsk frente a potenciales «acciones inamistosas», en referencia a la concentración de tropas bielorrusas en la frontera con Ucrania. Este país, con unas defensas debilitadas por sus iniciativas ofensivas en el oblast de Kursk y los adyacentes, Briansk y Belgorod, parece conducirnos a un escenario en el que haya de optarse entre un proceso de «paz por territorios», o el desencadenamiento de una guerra total.