Un informe de la Dirección de Economía, Igualdad y Género ubica al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado por encima del aporte de la industria y del comercio.
El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado representa en el país un 15,9 por ciento del PBI: es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2 por ciento) y el comercio (13 por ciento). Es la primera vez que se hace esta medición fundamental para cuantificar la importancia de esas tareas no pagas que recaen mayoritariamente sobre las mujeres. La hizo la Dirección de Economía, Igualdad y Género. En un informe que se presentó este martes hay otro dato que impresiona: las mujeres dedican en Argentina diariamente 96 millones de horas a limpiar, cocinar, trapear, criar , hacer apoyo escolar y cuidar a personas dependientes de la familia, sin recibir ningún pago a cambio. Si se monetizara, sumaría un total de $ 3.027.433 millones de pesos al año. El estudio también evalúa cómo esta situación se vio agravada con la pandemia: mientras diversos sectores productivos presentaron caídas en su nivel de actividad, el trabajo de cuidados y doméstico, por el contrario, aumentó su nivel al 21,8 por ciento del PIB: es decir, muestra un incremento de 5,9 puntos porcentuales con respecto a la medición "sin pandemia”.
Los datos son parte del informe “Los cuidados, un sector económico estratégico. Medición del aporte del Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado al Producto Interno Bruto” que presentó la Dirección de Economía, Igualdad y Género que conduce la economista feminista Mercedes D’Alessandro, y forma parte del Ministerio de Economía. Se trata de un documento que por primera vez estima el aporte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado al sistema productivo y analiza su evolución en el contexto de la pandemia por coronavirus.
La distribución de estas tareas es estructuralmente desigual: 9 de cada 10 mujeres se ocupan del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que significan en promedio 6,4 horas diarias. Ellas dedican tres veces más tiempo que los varones. “Esta distribución asimétrica contribuye a explicar que su participación en el mercado laboral sea más baja que la de los varones. También incide en que tengan trabajos más precarios, que implican a su vez una mayor desprotección social, por ejemplo no tener acceso a una obra social y, en un futuro, tener una mayor dificultad para acceder a una jubilación por no tener aportes. Las mujeres presentan mayores niveles de desocupación, ganan menos y, por consiguiente, son más pobres. En este sentido, es imprescindible entender que las condiciones del trabajo remunerado están estrechamente ligadas a cómo se resuelven las tareas no remuneradas”, alerta el estudio.
En total, se calcula que se trata de un aporte de $ 4.001.047 millones de pesos, valor que resulta de monetizar la gran cantidad de tareas domésticas que se realizan en todos los hogares, todos los días. Para tener dimensión de lo que esa cifra significa, el informe precisa que la industria aporta $3.324.163 millones al PBI, y el sector del comercio, $3.267.584 millones.
Al analizar el trabajo doméstico y de cuidados no pago por género, el estudio concluye que el 75,7 por ciento de las tareas son llevadas adelante por mujeres, es decir, más de las tres cuartas partes. En términos de valorización monetaria se traduce en que las mujeres aportarían $3.027.433 millones (75,7%) a la economía, mientras que los varones $973.613 millones (24,3%). “Es decir, las mujeres aportan 3 veces más al PBI en el sector con mayor relevancia y más invisibilizado de toda la economía nacional”, subraya el informe.
Esta contribución a la economía total por parte de las mujeres de $3.027.433 millones al año (si se pagara), equivale a más de dos veces el tamaño del sector de Transporte y Comunicaciones o casi cuatro veces lo que aporta el sector de la Construcción, grafica el estudio. Al analizar los valores por tipo de tarea, se ve que los “quehaceres domésticos” son los que mayor peso tienen (60%), seguido del “cuidado de personas” (32,8%) y “apoyo escolar” (7,3%).
El estudio también evalúa cómo esta situación se vio agravada con la pandemia: mientras diversos sectores productivos presentaron caídas en su nivel de actividad, el trabajo de cuidados, por el contrario, aumentó su nivel al 21,8 por ciento del PIB: es decir, muestra un incremento de 5,9 puntos porcentuales con respecto a la medición "sin pandemia”. La industria, en cambio, se retrajo 3,2 puntos porcentuales, el comercio 1,5 y la construcción 2,8, indica el informe.
Con el cierre de las escuelas y la imposición de la educación virtual, sin jardines de primera infancia ni empleo doméstico remunerado, durante el aislamiento social preventivo y obligatorio, sobre todo las mujeres sumaron más tareas no pagas en cada hogar. Lejos de apagarse por la crisis del coronavirus, la economía de los cuidados se enciende y sostiene el funcionamiento social, destaca el relevamiento. Se calcula que el 47,4 por ciento de los hogares argentinos tienen personas menores de 18 años.
“Esas tareas que se realizan de manera invisible, y al interior de los hogares, quedaron expuestas, dejando en evidencia las repercusiones de una nueva normalidad difícil de sostener en el tiempo sin transformaciones sustanciales”, advierte el informe.