Las reservas internacionales del Banco Central subieron US$ 866 millones en la primera semana de vigencia del dólar soja, por el cual se le reconocen a los chacareros una divisa estadounidense a $200.
Si bien la agroindustria liquidó por unos US$ 1.400 millones, el BCRA sólo pudo sumar a sus reservas una parte de ese total, debido a que tuvo que pagar importaciones. En el último día de la semana se retrajo la oferta de soja, pero igual la agroindustria liquidó divisas por un 40% más de lo prometido.
De todos modos, generó malestar en el sector agropecuario que le apliquen una tasa diferencial superior para acceder a créditos en pesos. La oferta de dólar soja se desplomó el viernes poco más del 58% con relación al jueves (cayó de US$ 623,2 millones a sólo US$ 259,7 millones), en medio de la reacción adversa que tuvo en el sector y los cortocircuitos que habría generado en el Gobierno la decisión del Banco Central de encarecer el crédito bancario a esa actividad para tratar de evitar la retención de granos.
Esa menor afluencia impactó en el poder de compra del Central, que cerró una rueda general en la que se operaron apenas US$ 491 millones (menor monto desde el lunes), alzándose con US$ 178 millones para sus reservas, cifra representativa del 42% con relación a los US$ 426 millones captados el viernes.
Por estacionalidad, se estimaba que el sector agropecuario iba a liquidar US$ 2.500 millones este mes, pero ahora espera poder duplicarlo. El costo monetario alto por la diferencia entre un dólar a $200 y la cotización real para otras operaciones aumenta la deuda del BCRA. Pero lo positivo es que se sale de la situación crítica de reservas netas en US$ 1.400 millones.
En el mercado se preguntan si se llegarán a obtener los U$S 6.400 millones de reservas previstos en la meta trimestral pactada con el FMI. La semana cerró con un BCRA acelerando el ritmo de depreciación del dólar oficial, que aumentó punta a punta en $2,35, la corrección semanal más elevada en tres años. Esto supone una devaluación promedio del 6,5%, que pondría a esta tasa de ajuste por primera por sobre la inflación.