Mujeres de hoy

Lily-Rose Depp reivindica su sitio en Hollywood con su vampírico papel en Nosferatu

Nosferatu ha sido sueño y pesadilla para el director Robert Eggers desde que era un niño. La película clásica rodada por F.W. Murnau en 1922 lo ha acompañado como una cuenta pendiente durante toda su carrera, hasta que al fin ha tomado esta retorcida historia de la bella y la bestia y la ha hecho suya. El momento determinante para hacerse el ánimo fue cuando tomó conciencia de que debía hacer girar la historia en torno a la joven obsesionada con el vampiro.

"Ellen no solo es la víctima de esta criatura aterradora y sanguinaria, sino del siglo XIX", exponía el guionista y director de La bruja, El faro y El hombre del norte acerca de la columna vertebral de su nueva película, que llega a los cines este próximo 25 de diciembre.

La actriz que da vida a la antiheroína de este cuento gótico terminó siendo Lily-Rose Depp, después de hacer una prueba que hizo llorar al director de casting, al cámara de vídeo y al propio Eggers.

Su compañero de reparto, Aaron Taylor-Johnson, también quedó maravillado con su interpretación: "No era nada tranquilizador verlo en persona, pero es mucho peor en la pantalla. Dejó atrás cualquier inhibición. Carece de vanidad, es todo instinto".

Detallamos la trayectoria de esta artista de 25 años que viene arrojando titulares desde la cuna.

Una nepo baby sin miedo a nada, salvo al actor Bill Skarsgård caracterizado de vampiro

La actriz y modelo con doble nombre de flor es la primogénita de la cantante francesa Vanessa Paradis y del actor de Hollywood Johnny Depp. Debutó en el cine con tan solo 15 años en la cinta de terror Tusk y ahora repite en el género con el remake del clásico del cine mudo Nosferatu. En la revisión, da vida al interés romántico del Conde Orlok, un ser sobrenatural.

Depp ha sido objeto de atención mediática desde que nació, de modo que no es de extrañar que su primera alfombra roja fuera la del festival de cine más importante del mundo, Cannes, donde con 16 años presentó La bailarina. Su directora, Stephanie Di Giusto, se deshacía en elogios hacia su madurez interpretativa: "Desde la primera escena, supe que estaba lidiando con una estrella. Me sobrecogió. No tiene miedo a nada, y está increíblemente a gusto con su cuerpo".

La susodicha sí ha reconocido sentir temor, pero lo llevó a su terreno. En el momento en que vio al coporotagonista de la cinta de terror, Bill Skarsgård maquillado de Orlok, supo que sería una ayuda para su interpretación: "Recuerdo el día que entré en el plató y vi a Bill maquillado y vestido. Me dio pavor. E inmediatamente pensé que era perfecto, ya no tendría que fingir estar asustada. Más bien lo contrario, tuve que esforzarme para sentirme atraída por él porque en ese momento estaba aterrada".

Habla francés, inglés y los lenguajes del movimiento

"Nací en París y tengo mucha familia allí, así que he pasado mucho tiempo en Francia. Me encanta volver allí para trabajar. Cuando estoy en Cannes me siento muy francesa y cuando estoy en EE.UU., americana, ambos extremos están dentro de mí", compartió la actriz durante su primera promoción en la Costa Azul.

Lily-Rose es bilingüe y si hay un tercer lenguaje que domina es el del movimiento. La actriz aprendió ballet a los seis años y se ha servido de esa base de aprendizaje tanto en La bailarina, donde estuvo preparándose con un coreógrafo para dar vida al icono de la danza Isadora Duncan, como en la serie The Idol, y también en Nosferatu, para la que se formó en danza but con la asesora de movimientos Marie-Gabrielle Rotie, con el objetivo de coreografiar las posesiones de Ellen.

La actriz da vida a la esposa de un agente inmobiliario a la que persiguen visiones y un temor inexplicable que va en aumento. "Hay algo en la película que es muy real, visceral y humano, y me parece sumamente interesante porque hablamos de demonios, de fantasmas, de otro mundo -explica Depp-. El papel de Ellen requería mucha entrega, hay que trascender la envoltura física y convertirse en algo demoníaco, de otro mundo, libre de complejos".

Para darle verosimilitud a ese ensueño angustioso en el que se convierte la vida del personaje, ahondó en las raíces de un conjunto de técnicas de danza surgidas en la década de los cincuenta en el Japón de la posguerra. El but es un intento de reflexionar sobre la cultura posterior a los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. Representa una comunión entre vivos y muertos.

"Ellen tiene una conexión con otro mundo, es algo paranormal, y quise que esto habitara todos sus movimientos", se justifica Depp.

La actriz Lily-Rose DeppGetty Images

Lily-Rose ha tomado el testigo a su madre, Vanessa Paradis, como imagen de Chanel

La precoz actriz también lo fue en su debut en el mundo de la moda. Con tan solo 16 años acudió a su primera Gala del Met, donde tomó el testigo a su madre como embajadora de Chanel. Su primera campaña publicitaria para la marca fue en 2015, año en el que promocionó la colección de gafas Pearl Eyewear. Su última colaboración ha sido para la línea de cosméticos Chanel Beauty Summer 2024, titulada Jardin Imaginaire e ideada por la maquilladora Ammy Drammeh a partir de tonos inspirados en cuentos de hadas.

El mismo Karl Lagerfeld fue el que la señaló como imagen oficial en desfiles y campañas y su sucesora en la dirección creativa, Virginie Viard, ha continuado la relación de Depp con la casa, que a menudo la invita para asistir a la presentación de nuevas colecciones en su primera fila.

En sus elecciones estilísticas conviven la elegancia y feminidad de la maison con el desenfado de su juventud, lo que la ha erigido en referente para la generación Z.

En Nosferatu, ambientada en 1838, ha disfrutado de un momento de transición en la moda. Como comparte la diseñadora de vestuario del largometraje, Linda Muir: "Es una década curiosa, se sale de la Regencia, pero aún no se entra en la era victoriana".

A Lily-Rose Depp la ilusionaba probarse las prendas diseñadas para su atormentada Ellen. "Soñaba con ponerme ropa de ese periodo. Me encantan los vestidos, los corsés, las siluetas de las mujeres. Siempre he pensado que es algo maravilloso. Desde pequeña me han fascinado las películas de esta época por los trajes".

De controversia en controversia

El penúltimo proyecto de la actriz, la serie para HBO The Idol, tampoco fue lo que se dice muy luminoso. En palabras del coprotagonista de sus cinco episodios, The Weeknd, se trató de "un cuento de hadas retorcido y oscuro sobre la industria de la música". La propuesta, que supuso el debut de la superestrella del pop y el R&B como actor y guionista, no cesó de generar titulares controvertidos desde su rodaje y ha llegado a tacharse de fantasía masculina de explotación del cuerpo de la mujer.

Nosferatu es, en cambio, un señalamiento de la represión del deseo. Depp ha estudiado el diagnóstico de la histeria femenina en el siglo XIX para traducirlo en las convulsiones de su personaje. Las secuencias donde su cuerpo se agita espasmódicamente son una traslación de aquellos episodios mal diagnosticados de la época, un cajón desastre donde entraba cualquier conflicto psicológico que devenía en trastorno físico.

Para darle mayor credibilidad, la maquilladora Traci Loader se sirvió de sangre falsa para las lágrimas rojas que ruedan por sus mejillas. "Nunca me había visto tan demacrada y diabólica -reconoce la artista -. Es fascinante el aspecto que Traci consiguió darme, parece que estoy a punto de entrar en el inframundo. Me pintó para que fuese como un demonio, pero es como si viniera de dentro de mí, no del maquillaje que llevo".

El resultado es tan visceral, que Robert Eggers ha tenido que desmentir el uso de CGI en las secuencias en las que Lily-Rose Depp sucumbe al hechizo del Conde Orlok.



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Fuente:https://www.telva.com/cultura/2024/12/21/67655a3202136e150e8b457d.html

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