El capitán de la selección argentina Lionel Messi fue a cenar ayer por la noche a la parrilla Don Julio, un reconocido restaurante de Palermo, junto a su familia. Al salir, el capitán de la Albiceleste debió ser escoltado por agentes de policía por la enorme marea de gente que se agolpó en el lugar para ver al astro del fútbol.

Messi arribó en la mañana de este lunes a Buenos Aires, a tres días de la reaparición en las canchas de la Scaloneta por el amistoso de este jueves contra Panamá, en el Estadio Monumental. El crack llegó junto a su esposa, Antonela Roccuzzo y sus tres hijos, Ciro, Thiago y Mateo y ese mismo día ya tuvo su primer entrenamiento en el predio de AFA en Ezeiza.

El video de Messi intentando salir de la parrilla Don Julio en Palermo

Las sensaciones que despierta Messi en el pueblo argentino son conocidas, y lo vivido en la noche del lunes en la parrilla Don Julio, ubicada en las intersección de las calles Gurruchaga y Guatemala no es más que una expresión de ello.

Don Julio figura en el ranking de los mejores restaurantes del mundo. Cuando Messi y su familia llegaron al local gastronómico, comenzó a correrse el rumor y en pocos segundos la esquina palermitana quedó colmada de gente ansiosa por ver al Diez.

Y si el fanatismo por el rosarino existe desde hace al menos 15 años, ahora que la Selección consiguió la tercera Copa del Mundo en el Mundial Qatar 2022, la locura por el capitán argentino es total.

Mientras el campeón del mundo comía con su familia, cientos de personas esperaban afuera para ver, sacarse una foto o hasta tocar al astro del fútbol, al canto de “Messi, Messi” y “Muchachos”.

Las imágenes en el interior del restaurante muestran al jugador del Paris Saint-Germain (PSG) saliendo entre aplausos por la puerta principal. Ni bien puso un pie afuera del local, una marea de gente se agolpó aún más para acercarse al ídolo, apuntado por decenas de luces de celulares.

Entre empujones, los fans intentaron abalanzarse sobre él, abrazarlo o tocarle la cabeza. La Policía debió improvisar un operativo de seguridad para viabilizar la salida del lugar por parte del crack del fútbol mundial, que pese a todo nunca dejó de sonreir.

El clamor popular por su llegada contrasta fuertemente con las amenazas de a principios de marzo que las bandas narco de Rosario hicieron contra él en un tiroteo a un supermercado de la familia de su esposa Antonela Roccuzo en esa ciudad.