Luego de un otoño más bien cálido, las bajas temperaturas se hicieron sentir en la ciudad, y con ellas se reactivaron diversas acciones solidarias para aquellos que menos tienen: los vecinos volvieron a dejar prendas de abrigo en los famosos percheros públicos y destacaron su importancia.

Con el ingreso de un frente frío, la iniciativa que surgió en el 2016 volvió a tomar fuerza entre los ciudadanos capitalinos.

La propuesta está disponible en algunos espacios públicos del centro. El perchero solidario más conocido se encuentra en la intersección de las calles Pellegrini y San Lorenzo.

Allí se cuelgan los abrigos para que las personas que necesitan puedan tomarlos sin ningún costo y con total libertad.

“Ese abrigo que tenés sin usar y guardado hace años, le puede servir a alguien más”, escribió una vecina y recibió el apoyo de muchos otros ciudadanos, que mencionaron otros sectores de la ciudad donde funciona esta iniciativa de donantes y receptores anónimos.

Aquellos que deseen acercar prendas, podrán hacerlo en la intersección de la avenida 2 de Abril y la calle Córdoba, o también en un conocido supermercado ubicado en la esquina de Bolívar y Chaco, que se adhirió a la movida solidaria.

Pese al paso de los años y los cambios de estaciones, el sistema comunitario sigue presente en la ciudad.

En los percheros solidarios pueden colocarse todo tipo de prendas: camperas, poleras, bufandas, calzados y hasta acolchados.

En la capital correntina, una buena cantidad de personas en situación de calle duerme en las galerías de negocios cerrados o en los recovecos de algunas plazas.

Más allá de los percheros solidarios existen grupos comunitarios que llevan adelante otras acciones solidarias para los que menos tienen.

Numerosos comedores de la ciudad solicitaron ayuda a la ciudadanía para adquirir mercadería que les permita seguir brindando un plato de comida caliente a las familias que alimentan diariamente. También pidieron frazadas y ropa de abrigo para niñas y niños.