Norma Benítez de 17 años, cursaba un tumor ovárico de grandes dimensiones. Los médicos de su zona - llamativamente - habían dejado que la paciente creyera que estaba embarazada. Finalmente la acción solidaria y el arrojo de un cirujano del Hospital Madariaga de Posadas, terminó con el padecimiento de la joven. Ocurrió en Puerto Esperanza, Misiones, Argentina.
Este puede ser el resumen periodístico o el epígrafe de una nota. Importa el final feliz, ya que Norma no tiene ese "cuerpo extraño" que estaba consumiendo día a día sus fuerzas. Las fotos son evidentes. No la mostramos por morbo sino como la contracara de dos fenómenos concurrentes.
Por un lado la presunta displicencia de algunos profesiones médicos, la conjetura de la falta de seguimiento del área social municipal o provincial del caso. Si bien, el Ministro de Salud de Misiones Alarcón es un hombre predispuesto y ejecutivo, No siempre puede estar en todos los terrenos.
¿Dónde está la falla, o dónde desaparece por completo la idea del otro? ¿Es una cuestión de la época, cultural, de una paulatina destrucción moral de la sociedad?
Aparecen estas dudas cartesianas. El péndulo va entre la práctica de la "medicina existencial" antes y la medicina preventiva.
(Hay buroductos inconcebibles en muchos lugares del Estado, que son recovecos inusitados construidos por los propios agentes del Estado, para justificar que el Estado está presente como un eufemismo lleno de turnos, colas, listas de espera y carteles indicativos de que el mañana es un día que no llega. )
Pasó un año y el tumor creció considerablemente, mientras la muchacha creía, como muchas jóvenes del interior - ingenuamente - que estaba embarazada y hasta pensó que el bebé estaba muerto porque no se movía en semejante panza.
Pidió ayuda a una oenegé, ( Fundación por la sonrisa de un niño) conducida por Pamela Mercado, que gracias a sus contactos abrió el cielo para la joven.
(No dejen de ver el video y escuchar el relato de Pamela)
La parte hermosa es el gesto humano primero y después el profesional del Dr. José Carmona, jefe de cirugía del Hospital Madariaga que se interesó en la situación. Solucionó en un día lo que tardó un año, entre idas y vueltas. El laberinto institucionalizado en muchos lugares que succiona y hunde a las gentes pobres, especialmente. Los ricos tienen hasta helicópteros sanitarios, ya sabemos.
Dios hace las cosas, produce milagros...es cierto. Pero los mortales debemos ocuparnos de que el amor al prójimo, la solidaridad sean posibles en la Tierra.
Supongo como es lógico que el Dr. José Carmona, es un hombre que se preparo para salvar vidas. A veces estos hombres inspirados, salvan almas. Y hay que destacarlo aunque él se conforme humildemente con un "Gracias Doctor".
Sino pregúntenle al corazón contento de Norma.