Salud

Los argentinos comen menos frutas y verduras que el mínimo recomendado

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Hoy mismo empiezo a comer más frutas y verduras—le escribe a alguien por WhatsApp el hombre sentado en una de las primeras filas del auditorio del Ministerio de Agroindustria durante la presentación de la campaña orientada precisamente a eso: elevar el bajo consumo de frutas y verduras de la población, que se encuentra muy por debajo del mínimo recomendado.

 

En nuestro país, el consumo diario por persona de frutas y verduras es de 271 gramos. Escaso, si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) aconsejan comer, como mínimo, 400 gramos. Y muy insuficiente en relación a los 700 gramos (300 de frutas y 400 de verduras) recomendados por las Guías Alimentarias para la Población Argentina.

 

¿Cómo están compuestos esos 271 gramos? De acuerdo a datos del INTA elaborados en base a la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares, 197 gramos corresponden al consumo de verduras y 74 al de frutas. Pero si no se contabiliza el consumo de papa y derivados, el número total cae abruptamente a 200 gramos diarios, la mitad de la cantidad mínima recomendada. Las cifras coinciden con lo revelado por la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, que mostró que en Argentina se consumen dos porciones de frutas y verduras, cuando lo aconsejado es cinco.

 

“Queremos pasar de 271 a 400 gramos por una cuestión de salud y bienestar. Estamos mirando los dos puntos de la cadena: al productor y al consumidor”, afirmó el secretario de Agricultura Ricardo Negri, durante el lanzamiento de la campaña Más frutas y verduras. La iniciativa, que apunta a generar un cambio de hábitos en la población, se asienta sobre tres pilares: la promoción de los mercados barriales, la difusión de información en redes sociales y medios, y el diseño de estrategias conjuntas entre el ámbito público y el privado para favorecer el consumo. Además, se está articulando con el Ministerio de Educación la incorporación de más fruta en las escuelas.

 

Que la ingesta de frutas y verduras es buena para la salud es de público conocimiento, pero tiene bajo acatamiento. “La información no es cambio. La mayoría de las veces no se trata de no saber qué hacer, sino de poder hacer lo que se sabe. Hay que cambiar el paradigma. Hay que ver por qué la gente no puede hacer lo que sabe”, planteó la médica especializada en nutrición Mónica Katz, convocada junto a Alberto Cormillot, ex coordinador de Alimentación Saludable del Ministerio de Salud, para hablar en el lanzamiento de la campaña sobre la importancia para la salud de incluir estos alimentos en la dieta.



“El consumo insuficiente es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad”, sostuvo Cormillot. Se calcula que el aumento del consumo de frutas y verduras podría reducir la carga de cardiopatía isquémica en un 31%, de accidente cerebrovascular en un 19% y de cánceres de gastrointestinales en un 19%. “Hay enfermedades que son prevenibles con tenedor y mordida”, expresó Katz en ese sentido.

 

La médica destacó que la tercera parte de la población mundial tiene hambre oculta, es decir, carencia de micronutrientes. “Pero esto es algo que no se ve. Nos faltan vitaminas y minerales sin que nos demos cuenta. Necesitamos 60 nutrientes que están en frutas y verduras y no los estamos consumiendo. ¡Ellas fabrican sustancias que cuando las consumís son tuyas!”, arengó. Y añadió que contribuyen a mantener en niveles subpatogénicos (con baja posibilidad de enfermar) el envejecimiento. Segundo después, el señor en su butaca enviaba el mensajito de WhatsApp asumiendo el compromiso de cambiar de hábitos.

 

“Ha aumentado la producción de frutas y verduras, pero no el consumo”, apuntó Cormillot. El dato fue corroborado al instante por la subsecretaria de Alimentos y Bebidas Mercedes Nimo: “El 45% de la producción se pierde”. La funcionaria, no obstante, hizo hincapié en un dato alentador: "Hay más de 200 mercados barriales en todo el país. Tienen 200.000 visitas por mes y lo que más se vende es frutas y hortalizas".



Para Katz, se deben tomar acciones que premien a quien elige frutas y verduras. "El 35% de lo que compramos se va en impuestos. En lugar de incentivar, estamos castigando al consumidor", dijo. E identificó como otras barreras las prescripciones médicas erradas que quitan grupos de alimentos de la dieta y la pérdida de habilidades culinarias de los jóvenes. "En los colegios no se aborda este tema, que es más importante que otros".



Cormillot también puso el foco en la educación y propuso que las madres sean "cuidadoras" de los alimentos que ingresen en las casas y en los colegios. "Si le digo al chico que tiene que comer frutas y verduras y en el kiosco del colegio le ofrezco otra cosa, no lo estoy ayudando. Al igual que si le digo que tiene que tomar agua y no le ofrezco bebederos". Y en el tema alimentación de los niños, el acoso escolar es un tema a tener en cuenta. "El chico con sobrepeso no va a querer llevar una fruta al colegio si lo cargan por hacerlo".



En su breve y reciente paso por la función pública, Cormillot impulsó la creación del Instituto Argentino de Nutrición, proyecto que quedó trunco con su renuncia. Para el especialista en obesidad, hay que tomar como modelo las estrategias publicitarias de la industria alimenticia. "Tenemos que copiarnos de quienes han cambiado nuestra forma de alimentación con buenas publicidades. Coca-Cola se las ha ingeniado para estar en la vida de todos. Debemos hacer 'inspiración afanosa' y promover un marketing de lo saludable", propuso. Clarín 

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