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Los cuartos sin oxígeno que denuncian los encarcelados en Venezuela tras las últimas elecciones

Juan se presenta por seguridad bajo un nombre ficticio para hablar del infierno que pasó en una de las cárceles de Venezuela y en sus cuartos de tortura. Las llamados \'camas de Adolfo\'. Una historia que empezó después de las elecciones del 28 de julio y   de la que se hizo eco la BBC. Y es el relato de un joven de 20 años que no se deja doblegar. Además, ha aportado documentación que avala la veracidad de su testimonio y coincide con las declaraciones de otros presos. La etiqueta de \'terrorista\'Él fue una de las 1.800 personas que, según la ONG Foro Penal, detuvieron de forma arbitraria durante las protestas que se sucedieron después de que el Centro Nacional Electoral (CNE) anunciara a Nicolás Maduro como el ganador, sin aportar las actas electorales. Juan, si bien es un conocido opositor, ese día ni siquiera estaba protestando, sino que estaba en el extrarradio de las manifestaciones. Lo tacharon de \'terrorista\', al igual que a otros 2.229 encarcelados desde agosto, y varios hombres encapuchados se lo llevaron a una prisión del interior de Venezuela. Allí estuvo varias semanas, hasta que lo trasladaron a la cárcel de Tocorón . Popularmente conocida por haber sido en el pasado el centro de reclusión del Tren de Aragua. Era el oasis de este grupo criminal que podía gozar en sus dependencias de discoteca, banco, zoo e incluso un centro hípico. A unos 140 kilómetros al suroeste de Caracas, ahora esta prisión de alta seguridad ha cambiado su cara.Noticias relacionadas Mapean los pozos de tortura de niños en Ucrania: Engaño, deportación, campos de filtración o gulag Alexia Columba Jerez Las cárceles en Latinoamérica de los narcos, \'microestados\' de las que los presos no quieren salir Alexia Columba JerezUn campo de concentraciónCon la mirada siempre fija en el suelo, la bienvenida estuvo marcada por palizas y una rutina en espacios minúsculos. Juan llega a señalar que toda su experiencia recordaba estar más a un campo de concentración como los de Pinochet . Lo llevaron a una celda de tres por tres metros , que compartía con otras cinco personas. Con \'tumbas de cemento\' por camas que estaban amontonadas en tres literas. No había relojes, y tenían seis minutos de agua para todos. Los despertaban intermitentemente y podían servirles el desayuno a las 6 de la mañana o a las 12 del mediodía. Y el menú eran alimentos podridos o caducados. La rutina era el tedio o los golpes. Llegado un punto estaban tan desorientados que intentaron usar los rayos de luz para calcular la hora. A los más rebeldes le tienen reservado distintas modalidades de martirio. Juan describe que estuvo en \'el tigrito\' de Tocorón. «Es una celda muy oscura y mide un metro por un metro. Pasé muchísima hambre. Me da hambre de sólo recordarlo», cuenta al medio británico. También hay otra celda conocida como la \'cama de Adolfo\', por la primera persona que fue asesinada allí. Un cuarto oscuro y sin mucho oxígeno, semejante a una bóveda. El suplicio consiste en que te ponen a prueba metiéndote en ese cuarto hasta que no puedes respirar, desesperas, gritas por ayuda y terminas desmayándote. Juan describe que aguantó poco más de cinco minutos. «Mientras pensaba que me iba a morir», declara. Perder el miedoSería el 11 de noviembre cuando Maduro ordenó revisar los casos de las detenciones poselectorales para revisar si se cometieron errores. Cinco días después, f ueron excarcelados 225 personas, entre ellas estaba Juan . La experiencia más que amedrentarlo le hizo perder todo el miedo que le quedaba. MÁS INFORMACIÓN La silla alemana, un artefacto de tortura usado en Siria e importado por los nazis y el servicio de inteligencia de la Stasi «Riñón a la venta», el único país del mundo donde está permitido un mercado legal de órganos«Lo siento por mi mamá, mi familia y la gente que me quiere, que siempre me piden que me quede tranquilo, pero yo nunca dejaré de luchar por el futuro de Venezuela», afirma. Él, como otros ciudadanos, mantienen esa convicción, mientras se inicia una nueva fase que deja un futuro incierto para los venezolanos.

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