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Los desencuentros entre Milei y Villarruel amenaza con socavar al Gobierno argentino

Apenas se han cumplido nueve meses de la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, y a estas alturas los conflictos en el seno del Gobierno se han vuelto imposibles de ocultar . A las tensiones internas y salidas de funcionarios oficialistas se añade un problema que viene escalando, pese a los constantes esfuerzos por que no salga a la luz: la crisis entre el presidente Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel . La agonía de la fórmula que los llevó a la cima del poder amenaza con socavar el éxito de sus propuestas.En ese sentido, una diputada muy cercana al presidente, Lilia Lemoine, disparó contra Villarruel al acusarla de «populismo de derecha» y de querer «construir su propia carrera política». El último desacuerdo público entre el jefe de Estado y su vicepresidenta ocurrió hace unas semanas, cuando Villarruel anunció su intención de reabrir las causas a los civiles que hayan cometido algún acto de terrorismo hace medio siglo, previo a la última dictadura militar. Inmediatamente, el mandatario se desmarcó de su posición. Cabe destacar que en el verano hubo un gran revuelo en el país sudamericano después de que se diera a conocer que un grupo de diputados oficialistas visitó a varios de los genocidas que se encuentran en prisión por atrocidades en los 70.Este episodio no hizo sino añadir aún más tensión a un vínculo cada vez más frágil. En agosto, la vicepresidenta había criticado públicamente la candidatura de un juez a la Corte Suprema de Justicia impulsada por el propio Milei. Asimismo, semanas atrás, Villarruel se opuso firmemente a la expulsión de un legislador del bloque oficialista cuya salida fue gestada desde la cúpula del Gobierno.Noticia Relacionada estandar Si Milei se reúne con Bukele en la Casa Rosada para hablar de energía nuclear, comercio y seguridad Guadalupe Piñeiro Michel | Corresponsal en Buenos AiresChoque diplomáticoOtro de los hechos que tensó aún más la situación interna en la Casa Rosada ocurrió cuando un evento del ámbito deportivo casi acaba en una enorme crisis diplomática entre Argentina y Francia. Tras las acusaciones de racismo contra algunos jugadores de la selección albiceleste, Villarruel defendió públicamente a los deportistas , lo cual generó un fuerte repudio en el país galo. La crisis acabó con una visita de urgencia de la hermana del mandatario -la secretaria de Presidencia Karina Milei- al embajador francés.A pocas semanas de haber asumido el Gobierno, la prensa argentina ya se hacía eco de las versiones de malas relaciones entre la hermana del presidente y la vice. Estos rumores se han ido incrementando . Incluso, en una entrevista televisiva, Villarruel había ironizado sobre el tema al referirse a Milei como «pobre jamoncito» por encontrarse en el medio entre ambas. «Es brava», dijo sobre la secretaria presidencial. Esta enemistad sería uno de los principales motivos del distanciamiento con el jefe de Estado.Si bien es un secreto a voces el enorme peso que tiene la hermana del mandatario en la toma de decisiones del presidente -al punto de que él la llama «el jefe»-, hay un factor indiscutible a favor de Villarruel: su imagen positiva, que en las encuestas supera incluso a la del propio jefe de Estado.Ya en marzo de este año, cuando el Gobierno llevaba solo tres meses, el mandatario admitía diferencias con Villarruel . Uno de los primeros cortocircuitos políticos tuvo lugar cuando ella, como presidenta de la Cámara de Senadores, convocó a una sesión para tratar un decreto impulsado por Milei.Meses más tarde, algunas señales comenzaron a evidenciar que las relaciones en la cúpula del poder argentino no iban bien, como las llamativas ausencias de la vicepresidenta en actos de gran importancia simbólica para el Gobierno. Fue el caso del tan postergado Pacto de Mayo -que recién llegó en julio- al que Villarruel no asistió alegando problemas de salud.Ya en marzo de este año, cuando el Gobierno llevaba solo tres meses, el mandatario admitía diferencias con VillarruelCuriosamente, semanas después también faltó a un acto en el que se la esperaba en la provincia andina de Mendoza y explicó su ausencia por consejos de salud recibidos en el aeropuerto . «Lamentablemente me descompuse y en el aeropuerto me recomendaron no viajar», dijo.Cuando salieron a la luz nuevos desencuentros en la fórmula presidencial, la prensa local no tardó mucho tiempo en posar la atención sobre estos acontecimientos en los que la figura de la vicepresidenta brilló por su ausencia.«Clásico argentino»A primera vista, llama la atención que a menos de un año de su llegada a la Casa Rosada el nuevo Gobierno exhiba tantas señales de fractura interna. No obstante, los argentinos llevan años acostumbrados a ser testigos de las peleas entre el presidente y su vice. No hay que ir muy lejos en el tiempo para recordar las incesantes tensiones entre el ex jefe de Estado Alberto Fernández y quien fuera su vicepresidenta, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner.Incluso durante el paso de Fernández de Kirchner por la presidencia también se produjo un fuerte quiebre en las relaciones con la exmandataria cuando el entonces vicepresidente Julio Cobos se atrevió a votar en contra de una medida vinculada al sector agrario que se impulsaba desde la Casa Rosada. La frase \'Mi voto no es positivo, mi voto es en contra\' resuena aun en la memoria de los argentinos. Esa ruptura se producía a menos de un año de haber asumido el poder la fórmula presidencial.

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