Como dijo Domingo Sarmiento, "son las escuelas la base de la civilización".
Considero a los docentes como los constructores fundamentales del desarrollo de ese entramado social. Mis padres, como docentes, me enseñaron sobre esa responsabilidad; sobre el privilegio que sentían de tener en sus manos la posibilidad de transmitir conocimientos que puedan enriquecer las vidas de sus alumnos. La magnífica sensación de esforzarse y exigirse al máximo para llegar a la excelencia que una función tan importante requiere.
Admiro a quienes no le temen a desafíos tan importantes como el de sumar un granito de arena para mejorar la vida de los demás. Enseñar es eso: aportar pequeños elementos que, junto a otros, formarán parte para siempre de quienes los reciben.
En tiempos de inmediatez como el actual, la simbología adquiere un valor muy especial porque permite, a simple vista, saber desde qué lugar habla cada uno. Y yo no dudo en ponerme un guardapolvo para mostrar esa admiración por los educadores.
Por eso en este día me sumo a todos los que queremos saludarlos y agradecerles por el trabajo que realizan; y ratifico que, si el pueblo chaqueño me da la oportunidad de ser su gobernadora, pondremos el Estado definitivamente del lado de los maestros.
Recuperaremos la alegría de enseñar con el respeto por la carrera docente; garantizaremos una remuneración acorde a la importancia de la tarea que cumplen, con un salario inicial por encima de la canasta básica y becas para capacitaciones permanentes.
Los vamos a acompañar con la conformación de gabinetes interdisciplinarios para las múltiples tareas que se desarrollan en las escuelas; para que el maestro pueda dedicarse prioritariamente al desarrollo de contenidos y tenga acompañamiento para el seguimiento integral que la educación actual demanda.
Qué razón tuvo Sarmiento al señalar: "El buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño". Con ese legado siempre presente, siempre me encontrarán a su lado; aprendiendo del pasado, con el esfuerzo del presente para construir un futuro en el que vamos a estar mejor.
Feliz Día.