Domingo para el olvido el de Boca, que ayer perdió con Vélez en Liniers por 2-0 y encima se fue del Amalfitani con varias preocupaciones de las que hoy buscará tener mayores certezas, en vísperas de una semana especial. Es que la semana que viene se juega la semifinal de la Copa Argentina -el gran objetivo del final del semestre- y en el Xeneize había temor por el estado de tres jugadores: Marcelo Weigandt, Marcos Rojo y Juan Ramírez. Aunque de manera inesperada, en la mañana del lunes se sumó otro nombre más: Jorman Campuzano, que fue el primero en confirmar su lesión.

Lo de Campuzano fue quizás lo más llamativo, porque el mediocampista completó los 90 minutos. Sin embargo, como terminó el partido con alguna molestia, acudió esta mañana al centro médico. Un rato después de los estudios que se hizo, confirmó que tiene un desgarro en el cuadriceps y se perderá la semifinal de Copa Argentina ante Argentinos, programada para el miércoles de la semana que viene.

Por orden cronológico, el primero de los lesionados en el partido fue Weigandt: que en una acción poco usual, se luxó el hombro llegando a la media hora del primer tiempo en una jugada en la que realizó solo un mal movimiento. No tuvo un golpe, un roce ni una caída, pero terminó con el hombro muy dolorido y tuvo que ser reemplazado. El Chelo fue revisado por especialistas que indicaron que la lesión sería más grave de lo imaginado. Así, por ahora se habla de la necesidad de pasar por el quirófano y una ausencia de cuatro meses como mínimo, a pesar de que el jugador comunicó en las redes que todavía no tomó una decisión al respecto.

Ya en el segundo tiempo, el que tuvo que ser reemplazado fue Juan Ramírez, que jugó su tercer partido desde que se recuperó del esguince de rodilla que había sufrido y pidió el cambio justamente por un dolor en el mismo lugar.

Tras salir cambiado por Aaron Molinas en el primer cuarto de hora del complemento, en el banco tuvieron que revisarlo porque temían que volviera a aparecer la lesión. Sin embargo, con el paso de las horas llegaron a la conclusión de que no es tan grave, por lo que el mediocampista ofensivo no se hará estudios y se espera que pueda entrenarse con normalidad desde mañana.

En tanto, Marcos Rojo terminó al límite desde lo físico y casi que sin poder caminar con normalidad a causa de una sobrecarga muscular. Se lo vio rengueando al zaguero tras el pitazo final y se hizo estudios. El parte médico confirmó que tiene una contractura en el sóleo, el defensor quedó descartado para el próximo partido y apunta a poder estar con Argentinos por la Copa Argentina.