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Los opositores refugiados en la Embajada argentina en Caracas: «Han convertido al vecindario en centros de espionaje»

Cuando supieron que iban a ser detenidos, los seis colaboradores de María Corina Machado se refugiaron en la sede diplomática argentina en Caracas, en marzo de 2024. Pero su delicada situación les exigía cierta prudencia y por eso habían preferido mantenerse alejados de la prensa. Sin embargo, el fin de semana decidieron hablar por primera vez y ofrecieron una rueda de prensa para hablar sobre las condiciones a las que están siendo sometidos por el régimen de Maduro.Hablan ahora, casi nueve meses después de asilarse, porque se encuentran «en una situación de alto riesgo, y no sabemos si tendremos oportunidad de volver a conversar», asegura Magalli Meda , jefa de la campaña de Machado y Edmundo González . «La situación se ha ido complicando y el desenlace no está muy claro».Las condiciones cada vez son más complejas, asegura Meda a través de una videollamada. Junto a ella está Pedro Urruchurtu y Omar González . Y, aunque no se ven en pantalla, en la residencia también vive Claudia Macero , Humberto Villalobos , y Fernando Martínez . «El régimen ha decidido usar esta Embajada como un mecanismo de coacción y de presión ante todo lo que ellos sienten que puede vulnerar su permanencia en el poder», sostiene Meda. En las últimas semanas, los opositores allí asilados han denunciado el hostigamiento por parte de las autoridades, sometiéndolos a cortes de luz, de agua, de restricción de ingreso de alimentos y con una presencia constante de hombres encapuchados armados. Noticia Relacionada estandar Si Denuncian la presencia de francotiradores asediando la Embajada argentina en Caracas Luis Pérez Aumenta la presión contra los seis opositores refugiados desde hace casi nueve meses en la legación a la que el régimen chavista ha cortado la luz y el aguaLos seis asilados exigen a las autoridades venezolanas que les concedan salvoconductos que les permita abandonar la Embajada y salir del país, pero las peticiones siguen siendo ignoradas.«Estamos viviendo un asedio sin precedentes», denuncia Pedro Urruchurtu, quien asegura que mantiene constante comunicación con el Gobierno de Argentina y el de Brasil, que es el que ha asumido la protección de la Embajada después de que Maduro expulsara a los diplomáticos argentinos.Estos meses de encierro han sido «muy desgastantes», asegura Meda, quien recuerda que están a punto de cumplir tres semanas sin servicio eléctrico y que viven con el miedo constante de que en cualquier momento los funcionarios que se encuentran fuera de la sede diplomática van a entrar. «Esto es un acoso psicológico y tenemos que lidiar con eso», sostiene Meda.«El acoso y el hostigamiento del que estamos siendo víctimas ha ido escalando en estos nueve meses», describe Omar González. «Aquí no entra nadie sin autorización de las policías del régimen de Nicolás Maduro. Ni siquiera los trabajadores de mantenimiento de esta edificación. Han convertido al vecindario en madrigueras de centros de espionaje y francotiradores». El daño espiritual y mental es «tremendo», asegura González, no solo por el desarraigo de los hogares, sino por la imposibilidad de tener cerca a los familiares en estas épocas de festividades. «Esto es parte de la tortura que recibimos por luchar por la libertad y la democracia de Venezuela».«Lo que tenía que pasar pasó; la elección se dio y nosotros ganamos», sostiene Meda. «Aquí lo que viene ahora es un proceso donde tiene que legitimar la victoria. Todo lo que ellos [el chavismo]están haciendo es parte de un proceso de negarse a aceptar la voluntad popular y no sabemos qué pueden hacer ellos en los próximos 26 días, pero nosotros aquí ya lo que teníamos que hacer lo hicimos que era ganar una elección», subrayó.

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