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Los republicanos se pliegan a Trump en la confirmación del polémico Pete Hegseth para liderar el Pentágono

El inicio este martes del proceso de confirmación de Pete Hegseth para convertirse en el próximo secretario de Defensa de EE.UU. dejó claro que los republicanos han optado por evitar un enfrentamiento con Donald Trump. La sesión en el comité de Fuerzas Armadas del Senado, el órgano que debe aprobar a los altos cargos nominados por Trump para su próximo Gobierno, fue muy favorable para Hegseth, que apunta a lograr algo insólito: pasar de ser un presentador de televisión a jefe del Pentágono. En una sesión maratoniana, Hegseth fue acosado por las preguntas de los senadores demócratas, que defendieron con vehemencia que no está preparado para el cargo. Lo que importaba, sin embargo, era lo que hicieran los republicanos, que gozan de una mayoría escasa, pero suficiente, en la Cámara Alta. Y no dieron muestra de querer ponérselo difícil a Hegseth y encolerizar a Trump. Ante lo visto en la sesión, todo apunta a que su nominación saldrá adelante la semana que viene, cuando se vote en el pleno del Senado.Noticia Relacionada estandar Si El nominado de Trump al Pentágono se tambalea por sus escándalos y DeSantis podría ser su sustituto Javier Ansorena Veterano del ejército metido a presentador de televisión, es cuestionado por sus escándalos, que van desde acusaciones de agresión sexual a testimonios de que se emborracha con frecuenciaLa de Hegseth es quizá la nominación más controvertida de Trump para su propio Gabinete, y eso que tiene competencia de figuras como Robert F. Kennedy Jr. -elegido para secretario de Sanidad pese a su escepticismo sobre las vacunas- o como la exdemócrata Tulsi Gabbard, elegida como directora nacional de inteligencia.La elección de Hegseth fue polémica porque aglutina falta de experiencia para el cargo y dudas sobre su personalidad. El nominado de Trump tiene experiencia en el ejército como soldado -sirvió, entre otras misiones, en Irak-, pero muy poca relevante en Defensa, seguridad nacional, política exterior o gestión militar. Y, cuando llegue al Pentágono, estará al frente del mayor ejército del mundo y de una organización descomunal, con un presupuesto de alrededor de un billón de dólares, 1,3 millones de soldados en activo y otro millón de empleados civiles. Su llegada coincidirá con frentes abiertos de aliados en Ucrania y en Gaza, con el expansionismo de China y con la necesidad de renovar su propio ejército. Y con la única experiencia de haber gestionado una organización de apoyo a veteranos del ejército con poco más de cien empleados.Además, la elección de Hegseth fue recibida con dudas por escándalos del pasado. En especial, una acusación de agresión sexual en 2017, de la que salió sin cargos, pero en la que firmó un acuerdo extrajudicial con la acusadora. Y también abundantes testimonios de uso abusivo del alcohol.Un polémico currículo«Creo que usted no está cualificado para cumplir con las enormes exigencias de este cargo», le dijo con contundencia Jack Reed, el senador demócrata de más alto rango en el comité. Reed también criticó que el FBI no había investigado con profundidad las alegaciones que pesaban contra Hegseth.El nominado, de 44 años, se enfrentó con prestancia al hostigamiento demócrata. En su declaración inicial, defendió que él viene a recuperar la «cultura de guerrero» en el ejército, que es alguien «con polvo en las botas», muy diferente a sus antecesores y que cambiará las dinámicas que han debilitado al ejército más poderoso del mundo. La mayoría de sus antecesores sí tenían «polvo en las botas» de su paso por el ejército. Desde el actual secretario de Defensa, Lloyd Austin, al que eligió Trump en su primer mandato, Jim Mattis, los dos con un gran historial militar. Lo que también tenía era una amplia experiencia en Defensa y en la gestión militar, a diferencia de Hegseth, el nominado a secretario de Defensa más controvertido que se recuerda.Durante años, Hegseth ha sido un presentador y comentarista en la cadena Fox News -la más popular entre los votantes republicanos-, donde ha sido muy crítico con muchos aspectos del Pentágono, como la inclusión de la cultura «woke» o el establecimiento de cuotas para diversidad. Ha cuestionado que el nombramiento del actual jefe del Estado Mayor, el general C.Q. Brown, pueda tener que ver con que es negro y ha condenado la participación de mujeres en puestos de combate.Noticia Relacionada estandar No La promesa de Trump de purgar a los generales \'woke\' del Pentágono por sus feroces críticas al nuevo presidente El magnate estadounidense prometió en campaña que expulsaría a los que no le fueran leales y se espera un terremoto en DefensaHegseth se calificó a sí mismo como un «agente de cambio» y prometió que liderará un Pentágono centrado en «la guerra, la letalidad, la meritocracia, los estándares y la preparación». Muchos de los senadores republicanos se mostraron de acuerdo con la elección rupturista de Trump. La mayoría de ellos dedicaron buena parte de sus intervenciones a criticar las decisiones militares de la Administración Biden y a minimizar la importancia de las dudas que genera Hegseth. «¿Cuántos senadores han aparecido borrachos en alguna votación nocturna?», cuestionó el republicano Markwayne Mullin. Hegseth ha dicho que, si sale elegido, se abstendrá de beber en el ejercicio del cargo. Nigún legislador republicano puso en verdaderos aprietos al nominado.Los demócratas, al contrario, atizaron críticas y dudas sin parar. Cuestionaron su inexperiencia, sus escándalos, sus posiciones sobre las mujeres… Entre otros, lo hizo la senadora Tammy Duckworth, también exmilitar, y que perdió dos piernas en combate en Irak. «Usted puede decir que le preocupaba mantener la fuerza de nuestras fuerzas armadas», dijo la senadora. «Pero no bajemos los estándares por usted», añadió en referencia a su experiencia.«¿Cuántos senadores han aparecido borrachos en alguna votación nocturna?» Markwayne Mullin Senador republicanoSobre la acusación de agresión sexual, Hegseth la enmarcó en una «campaña de difamación» en su contra. «No soy una persona perfecta, pero la redención existe», dijo sobre sus problemas con el alcohol.La confirmación pareció casi asegurada cuando la senadora republicana Joni Ernst, exmilitar y superviviente de agresión sexual, una de las legisladoras que puede poner en peligro la nominación, no le puso en grandes problemas.Y, lo más importante, Hegseth no cometió errores que pudieran animar a los republicanos a oponerse a la elección de Trump. «Fue una muestra magnífica de su conocimiento, de su capacidad de comunicar, de su capacidad de liderazgo», dijo el republicano que preside el comité, Roger Wickler. «Me siento muy bien por cómo ha ido la comparecencia, creo que no podía haber ido mejor».

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