Ni siquiera aquellos que decían que no entendían su música y su lenguaje metafórico pudieron pudieron escapar a sus canciones-himno incrustadas en el inconsciente colectivo. Falleció el 8 de febrero de 2012, cuando tenía 62 años.
Debo confesar sin pudor, que del músico argentino Luis Alberto Spinetta, fallecido hace 6 años, sólo conocía su nombre y muy poco del tipo de música que ejecutaba y creaba y mucho menos aún, de su vasta trayectoria.
Fue impactante su muerte y los medios se hicieron eco de la triste noticia y del luto que vivía gran parte de la sociedad argentina. Los canales de TV –prácticamente todos- y las emisoras radiales, le dedicaron horas enteras a su figura.
Traté entonces de indagar sobre su personalidad; a qué debía esta difusión tan amplia. En segundo lugar supe que un cáncer de pulmón, descubierto pocos meses antes, lo había invadido hasta vencerlo.
Confirmé –no tenía certeza- que había sido uno de los grandes de la música de rock de nuestro país. Pero además, que escribió las letras de muchas de sus canciones, con un talento y una singularidad no comunes.
Y que poseía no sólo ideas, sino ideales, lo que lo transformaba en un ser muy valorado como artista y sobre todo, admirado por sus principios de vida.
Lo llamaban “El Flaco” por su frágil contextura física. Ya desde joven componía canciones –la letra y la música- de una manera muy particular. Y escribió sobre Luis Spinetta, Gabriel Plaza: “Fue un gran rayo de luz. El hombre sabio del rock se fue en silencio y dejó detrás de sí, una estela fulgurante de música y vida, que marcó el rumbo del rock argentino, desde que fundó el conjunto Almendra, en 1967".
Con sólo 17 años, fue un músico que amaban casi todos. Porque ni siquiera aquellos que decían que no entendían su música y su lenguaje metafórico pudieron escapar a sus canciones-himno, incrustadas en el inconsciente colectivo.
En alguna melodía que trepaba con su hilo de voz, Spinetta volvía una y otra vez a su inquietud social en canciones como “Muchacha (ojos de papel)”, “Todas las hojas son del viento”; “Barro tal vez” en una obra que supera lejos las trescientas composiciones.
Su código moral, se descifraba y transfería desde un estado de pura sensibilidad, como figura del rock local. Posteriormente, empezó a compartir sus ideas con colegas. Con Charly García, encaró un proyecto que no terminó de madurar, pero dejó un tema a dúo que se convirtió en otro himno, “Rezo por vos”, se llamó.
A los 61 años escribió en su cuenta de Twitter, @LuisSpinetta en su última comunicación con sus seguidores, en una clara intención de disipar “el aluvión de información supuestamente inexacta” sobre su estado de salud.