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Lula despidió a 40 militares que estaban a cargo de la vigilancia de la residencia presidencial durante el intento de golpe de Estado

Había prometido “una revisión profunda” tras la intentona golpista del 8 de enero. Denunció complicidad interna.

A 10 días de la intentona golpista del 8 de enero, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, apartó a 40 militares encargados de la seguridad en la residencia presidencial en Brasilia.

La medida fue publicada este martes en el diario oficial de la unión y afecta a funcionarios adscritos a la coordinación del Palacio de la Alvorada, domicilio oficial de los jefes de Estado.

La decisión da continuidad a un anuncio del mandatario, que la semana pasada expresó desconfianza sobre algunos militares que cumplen funciones auxiliares en las sedes de gobierno y prometió una “revisión profunda” en el esquema de seguridad.

Qué pasará con los militares cesanteados por Lula

Los militares despedidos seguirán en las Fuerzas Armadas, pero dejarán de recibir la gratificación a la que tenían derecho por trabajar en el Palacio de la Alvorada, reportó Folha de San Pablo.

Además, fue echado un militar que trabajaba en la Granja do Torto, una especie de residencia oficial de verano, y otros tres del Gabinete de Seguridad Institucional que cumplían labores en la seguridad presencial.

Lula dijo que hubo complicidad interna en el asalto del 8 de enero

Lula dijo estar convencido de que hubo complicidad interna y de miembros de las fuerzas de seguridad en el asalto al Congreso Nacional, el palacio presidencial y la sede de la Corte Suprema.

“Alguien les facilitó la entrada aquí”, dijo el presidente el jueves, en referencia a los desmanes en Planalto.

Lula subrayó que la revisión del equipo de trabajo buscará privilegiar “funcionarios de carrera, de civiles preferencia”.

“No puede permanecer aquí adentro alguien sospechoso de ser bolsonarista radical”, afirmó.

Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde el 30 de diciembre, dos días antes de terminar su mandato. El expresidente niega cualquier conexión con los actos violentos, pero es investigado por las autoridades brasileñas bajo sospecha de haber instigado el asalto al corazón político de Brasil.

“Lamento lo que aconteció el día 8″, dijo el exmandatario a algunos simpatizantes en un video divulgado el lunes por medios brasileños. “Fue increíble”, agregó.

BRASIL LULA DA SILVA

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