Investigadores destacan que si se le otorgara el tratamiento correspondiente en términos de inversiones, muy certerámente podría darse un vuelco en el desarrollo del sector agroalimentario e industrial regional, contribuyendo a la generación de riqueza y de empleo rural y urbano.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) representaron hace unos días a la Argentina en el 17º Congreso Brasileño de Mandioca y 2º Congreso Latinoamericano y Caribeño de Mandioca que se realizó en la ciudad brasileña de Belem, capital del Estado de Pará.
Los diez trabajos científicos presentados en la oportunidad, en los que se incluían prototipos de desarrollos tecnológicos, fueron realizados en algunos casos en coordinación con el Inta y el Ministerio de la Producción de Corrientes.
Como parte de la agenda de las disertaciones internacionales a cargo de referentes de Colombia, Costa Rica, Cuba, Nicaragua, Paraguay y Brasil, la investigadora de la Facultad Argentina, Ángela María Burgos, fue designada por el Comité Científico Organizador para disertar en representación del país, quien se refirió al "Estado actual del cultivo de mandioca en la República Argentina".
La investigadora sostuvo que "si se considerase a la mandioca como un producto estratégico para el desarrollo de numerosas industrias y se le otorgara el tratamiento correspondiente en términos de inversiones, muy certerámente podría darse un vuelco en el desarrollo del sector agroalimentario e industrial regional, contribuyendo a la generación de riqueza y de empleo rural y urbano, con el valioso sello del valor agregado en origen de productos diversificados, originales e innovadores".
Anticipó que el cultivo subsistirá "en la medida que se transforme su manejo para un mercado que exige un producto distinto, de calidad, que reúna criterios sustentables en términos de Buenas Prácticas Agrícolas y de Manufactura".
En cuanto a las fortalezas del cultivo que la investigadora remarcó, están sostenidas en "la tradición de producción primaria en el Noreste argentino". Esto conlleva un amplio conocimiento del cultivo y sus condiciones de manejo tradicional, acompañadas por condiciones agroecológicas favorables y las tecnologías disponibles para el mejoramiento del manejo agronómico.
La ingeniera Burgos respondió a la pregunta clave, ¿por qué habría que apostar por el cultivo de la mandioca?, y tras indicar tres ventajas, que se exponen en recuadro adjunto, reconoció que para que sean efectivas para el productor argentino, antes deberán ser superadas una serie de amenazas que el mercado hoy le presenta. En primer lugar, hay un problema de competitividad directa en relación a la industria de países limítrofes que están mucho más desarrollados. En segundo lugar, el precio de otras féculas alternativas (maíz y papa) que compiten directamente.
Estas condiciones plantean un escenario de escasa rentabilidad del cultivo, con un costo de mano de obra elevado y con pequeños productores sin capacidad de negociación de precios.
Una salida a esta encrucijada -planteada por la investigadora- sería la de ampliar los Polos Industriales a todas las provincias productoras, acompañado con incentivos y programas de desarrollo estatales.
¿POR QUÉ APOSTAR?
La respuesta de la ingeniera agrónoma Ángela María Burgos se enfocó en tres puntos:
-Hay una demanda nacional de fécula insatisfecha.
-Es un producto con diversificación industrial gracias al agregado de valor y la innovación tecnológica: bioetanol, almidones modificados, sancks, suplementos dietarios, etcétera.
-Aprovechamiento integral. El tallo y la hoja de la planta de mandioca tienen un alto potencial forrajero, que combinados con hojas de caña de azúcar y granos de maíz enriquece el valor nutritivo de los ensilajes.