No fue sino una visita más de las muchas que ha realizado en los últimos tiempos a monseñor Domingo Salvador Castagna, a quien le reconoce su amor por Corrientes y su dedicación al pueblo de la Provincia en la que eligió pasar sus últimos días y ser enterrado. La iglesia Catedral le tiene reservado un lugar, junto a otros tres obispos y a los tatarabuelos del propio Martínez Llano, el coronel Mariano Camelino y su esposa Carmen Vedoya, que están a la derecha del altar mayor.

 



 



 



 



 

Castagna logró algo que pocos hicieron. Ser reconocido por Ley Ciudadano Ilustre de Corrientes, en el marco de un emotivo acto que congregó a todas las fuerzas políticas de la Provincia y a cuyo término se le ofrendó el aplauso más prolongado del que se tenga memoria en el palacio legislativo. Tal como lo dijo muchas veces, Martínez Llano remarcó que las bendiciones las dan los obispos y los avales, el pueblo mediante el voto popular.