Nacionales

Megacausa Zona 5: La fiscalía expuso las operaciones psicológicas sobre la sociedad


Se llevó adelante la sexta jornada de alegatos en la Megacausa Zona 5, a cargo del Ministerio Público Fiscal, en la que se continuó profundizando en los casos de las víctimas que pasaron por "La Escuelita".

El pasado jueves 9 de mayo se realizó la 94° audiencia de la causa “Ayala Felipe y Otros…” conocida como Megacausa Zona 5, donde se juzgan delitos de Lesa Humanidad cometidos por el Terrorismo de Estado y sus Fuerzas Armadas durante el periodo de la última dictadura genocida.

Fue la sexta jornada de alegatos, a cargo del Ministerio Público Fiscal, donde se exponen los casos de más de 300 víctimas de la ciudad y zona de Bahía Blanca. Los imputados que están siendo juzgados y que deberán responder por dichas víctimas son 36 hasta la fecha.

Al igual que las audiencias anteriores, los fiscales Pablo Fermento y Paula Molini, continuaron desplegando el cúmulo de víctimas que pasaron por el Centro Clandestino de tortura y Exterminio (CCTyE) “La Escuelita”.

Las imprentas en la mira de la represión


La fiscalía comenzó la jornada con el caso de la víctima Miguel Santiago Bacasun, quien fue secuestrado el 26 de julio de 1976 y llevado al CCTyE La Escuelita, tal como fue comprobado por testigos sobrevivientes.

Bacasun tenía 41 años, se desempeñaba como bibliotecario en la biblioteca de tribunales de Bahía Blanca, era docente, había sido profesor en el Colegio La Asunción y tenía una imprenta en calle Güemes al 200, habiendo podido comprar las maquinarias para la imprenta con la finalidad de obtener un ingreso extra.

Con su imprenta colaboraba con las impresiones de Caritas y escuelas carenciadas. Tuvo también militancia gremial en el sindicato de Judiciales.

A fines de junio de 1976, la víctima fue secuestrada por el Ejército de su domicilio de primera cuadra de calle España en esta ciudad. Posteriormente personal del Ejército fue a la imprenta y saqueó el local, robando todos sus elementos y maquinaria, y rompiendo lo que no se llevaron.

En la Megacausa actual declararon su Hija Patricia y su Hijo Sergio, quienes tenían 7 y 14 años, y dieron cuenta del procedimiento y despliegue represivo en torno al secuestro de su padre.

Sergio declaró que ese sábado al ir a buscar a su padre se encontraron con un operativo militar, donde cargaban todas pertenencias del negocio de calle Güemes en camiones del Ejército. Ambos hermanos fueron testigos presenciales de ello.

Luego de eso, fueron al departamento en calle España a buscarlo y allí supieron que el día anterior se lo habían llevado. A los pocos días, el Ejercito volvió al departamento y también robaron todo lo que había en él, al igual q con el comercio de Bacasun.

Ambos hijos le pudieron contar al tribunal lo duras que fueron sus vidas desde ese momento, que sin su padre, cambiaron para siempre. Las consecuencias continúan hasta la actualidad y en su declaración reclamaron saber dónde está el cuerpo de su padre, que aun se encuentra desaparecido.

Como era habitual, el diario local La Nueva Provincia publicó la falsa noticia de la “localización de una imprenta clandestina”, “secuestrando fotocopiadoras mimeógrafos y Offset”, cuando en realidad la imprenta era legal, atendía al público y lo que llamaron “secuestro” fue el saqueo de la imprenta por parte del Ejército, cuyo personal robó todos los elementos existentes en el local.

La fiscalía, en su alegato, desplegó pormenorizadamente cómo funcionaban los servicios de Inteligencia con respecto a las imprentas, y que en el caso de Bacasun, fue la motivación del secuestro y posterior desaparición.

“Las imprentas comenzaron a tener una notable trascendencia entre la comunidad de Inteligencia”, indicaron, algo que se especifica muy bien en los documentos rescatados de la Inteligencia de Prefectura Naval.

Existía una especial persecución hacia las imprentas por considerárselas ilegales y sospechosas, y éste fue el móvil de la persecución hacia Miguel Santiago Bacasun.

La ineludible “Justicia del hombre”


Otros de los casos desplegados por la fiscalía el pasado jueves 9 de mayo fue el de la víctima Fernando Jara, asesinado mediante una gran maniobra de operación psicológica, ante un caso emblemático vivido en la ciudad de Bahía Blanca.

La víctima fue secuestrada en invierno del 1976, el último día hábil previo a las vacaciones de invierno, tal cual lo relató su hija Laura, que al momento del secuestro de su padre tenía 7 años y estuvo presente en el violento operativo.

Jara fue trasladado al CCDyE La Escuelita, algo que fue acreditado por numerosas víctimas que estuvieron con Fernando en el campo de concentración. Todos referenciaron que él sabía que lo iban a matar, que los torturadores ya se lo habían anunciado y así se los expresaba.

Una sobreviviente de La Escuelita declaró ante el Tribunal que "llevaba mucho tiempo ahí y le decían 'Tito', su nombre era Fernando, creo que Jara". "Un día me dijo: 'Gorda me llevaron a bañarme, me cortaron las uñas, y me cambiaron la ropa, yo creo que me van a matar'", consciente que iba hacia la muerte.

Sus verdugos le habían anunciado cruelmente desde que llegó que sería asesinado el día 15 de diciembre de 1976, cuando se cumpliera el aniversario del atentado y de la muerte del cabo Rojas y del soldado Papini. En el mismo lugar del atentado, en cerrito y casanova, lindero a las vías.

Esa noche es sacado del Centro Clandestino y llevado a ese lugar donde fue fusilado. Testigos escucharon sus gritos en el lugar, así como el pedido desesperado que decía “No me maten”.

Una vez más, el “enfrentamiento” fue una gran puesta en escena para encubrir el asesinato, falseando la verdad.

El cuerpo fusilado de Fernando Jara, ingresó a la morgue del Hospital Municipal como NN: no identificado.

El 13 de enero de 1977, el juez Federico Madueño ordenó la inhumación administrativa. No pidió identificación del cuerpo, consolidándose su desaparición, que fue robustecida con la cobertura periodística del medio colaboracionista La Nueva Provincia.

El 17 de diciembre, es decir, un día después del infame asesinato a Fernando Jara, el diario público una crónica con el título: “No eludirán la justicia del Hombre y de Dios”.

Se daba por esclarecido el atentado y se lo nombra como “prófugo” a Jara, cuando sin lugar a dudas, desde el diario colaborador de la dictadura sabían que había sido asesinado por el Ejército el día anterior.

En el mismo ejemplar del día 17 de diciembre publicaron otra nota, ahora sí con el supuesto “enfrentamiento con un subversivo” NN, que sabían sin dudas que era Jara.

Así quedaba burdamente plasmada la operación psicológica montada, para simular un enfrentamiento en lo que ocurrió el asesinato, y terminar de “esclarecer” el atentado ocurrido allí un año antes.

Este tipo de operaciones incluían el aterrorizar a la población y legitimar la brutal represión desatada, con el pretexto de los “enfrentamientos con subversivos” que en realidad eran personas cautivas, sacadas de centros clandestinos, torturados, estando débiles y vejados, sin siquiera posibilidad de defenderse.

Todo esto ocurría con el esmerado auxilio del diario local La Nueva Provincia, propiedad del clan Massot. El Terrorismo de Estado en Bahía Blanca “no hubiera sido posible, sin su valioso aporte”, tal cual lo declaró el General Acdel Vilas.

En el marco del llamado Juicio por la Verdad en Bahía Blanca, año 1999, ya se había determinado que el enfrentamiento fue fraguado, y la Cámara Federal de Apelaciones inició la investigación para hallar el cuerpo, inhumado como NN.

Sin embargo, la investigación no dio sus frutos, ya que el cuerpo que inhumaron no era el de Jara, completando así la perversidad de los genocidas actuantes, que hicieron el cambio de los restos.

Fernando, al día de hoy continúa desaparecido, aunque algunos de los responsables de su asesinato no eludieron la justicia del hombre y algunos ya fueron condenados por su asesinato, mientras que otros lo serán en el juicio presente.

Jara, su Hija y quienes lo quisieron, pudieron ver condenados a algunos de sus asesinos y responsables.

En la sexta jornada de alegatos, el Ministerio Público Fiscal también desplegó lo concerniente a las siguientes víctimas:
Ramon Maximino Seguel VenegasJuan Rene AguileraJosé Reynaldo AguileraOmar Saiz RudyGustavo Luis PerezSusana Beatriz RossoJuan Félix LunaDaniel CafaroGloria AmadoLaura y Zulma FuxmanJosefina de las Nieves Concha AlvarezRicardo Garralda, Graciela Izurieta y el hijo/a de ambos nacido en cautiverioJorge AureSusana Mabel Bidart

Nonagésima cuarta audiencia de la Megacausa Zona 5 (9 de mayo de 2024)

¿Cuándo continúan las audiencias?


Las audiencias continuarán el día jueves 16 de mayo, desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle, para proseguir con la séptima jornada de alegato del Ministerio Público Fiscal.

Los juicios son orales y públicos, y puede concurrir cualquier persona que así lo desee presentando su DNI.

Además, las audiencias se emiten de manera virtual por el canal de YouTube del Poder Judicial, de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, así como en el micrositio de la Megacausa Zona 5 en El Ágora Digital.

Megacausa Zona 5: La fiscalía expuso las operaciones psicológicas sobre la sociedad es una publicación original de El Ágora Digital. No lea copias. Infórmese mejor leyendo la fuente original de esta noticia.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web