Desde el año 2018 México inició una nueva etapa progresista luego de 36 años de gobiernos neoliberales que fueron transversales a los partidos tradicionales, tanto al PRI como al PAN
Con el ascenso al poder de Andrés Manuel López Obrador se impulsaron políticas públicas en pos del desarrollo económico y social, bajo los lemas de la “Cuarta Transformación” y el “Humanismo Mexicano” pilares de la construcción del nuevo Estado de Bienestar en el actual contexto internacional del siglo XXI.
La actual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, en los debates electorales que se desarrollaron las semanas anteriores, ratificó su compromiso con el electorado en darle continuidad al proyecto del MORENA.
En los inicios de gestión de AMLO se lanzó el Plan Nacional de Desarrollo(2018-2024) con objetivos claros en materia social y económica. Al mismo tiempo, desde el poder ejecutivo, se elaboraron informes de rendición de cuentas sobre la evolución y los resultados del PND.
La ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, presentará su propio programa de desarrollo para los próximos seis años de mandato. En materia económica se espera una continuidad del modelo basado en el impulso del mercado interno, el fortalecimiento del ingreso de los asalariados, la inversión privada local y extranjera directa.
Según el “Informe de Gobierno 2022-2023” el salario mínimo acumuló estos seis años un crecimiento inédito de 110%, siendo el más relevante en la política mexicana desde mitad del siglo xx.
En dicho documento, el gobierno sostuvo “para continuar con el impulso del crecimiento económico en un entorno global complejo, las políticas públicas buscaron preservar la sostenibilidad de la deuda pública mediante déficits fiscales moderados, fortalecer la política de austeridad al interior de la Administración Pública Federal y trabajar para mantener equilibrios macroeconómicos sólidos”.
La Secretaria de Hacienda señaló en su último documento que la deuda pública de México se mantuvo estable, reduciéndose como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) a un nivel sostenible del 45.5%, lo cual sitúa favorablemente a México en comparación con otras economías emergentes y naciones con calificaciones crediticias similares.
Otro dato relevante desde la cartera de economía lo ocupa la generación de puestos de trabajo, ya que la tasa de desempleo alcanzó mínimos históricos de 2.3% en marzo, y se generaron 470 mil nuevos empleos promedio en el primer trimestre de este año, en un contexto de salarios en aumento y una disminución en la tasa de informalidad laboral.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) destacó la disminución de la pobreza que bajó al 40% en el 2023, lo que representó una disminución de 6,4 puntos porcentuales en comparación con 2018.
La pandemia y las tensiones económicas entre China y Estados Unidos permitieron a México ser receptor de inversiones para la fabricación de bienes industriales. El nearshoring, estrategia de las empresas de ceder a terceros su producción en destinos cercanos, fue la herramienta pilar para reimpulsar el desarrollo productivo estos años
Desde el inicio de la gestión de AMLO hasta el 2022 las Inversiones Extranjeras Directas-IED-superaron los 200.000 millones de dólares, superando así las cifras de los gobiernos neoliberales de Calderón y Peña Nieto.
Esto permitió aumentar los índices de desarrollo y productividad de la industria mexicana. También, las regalías que generaron estas inversiones, fueron direccionadas al aumento de presupuesto en programas sociales e inversiones en infraestructura, como el Banco de Bienestar y el Tren Maya.