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Michel Barnier cree posible que su gobierno sobreviva a la moción de censura de este miércoles

Amenazado por dos mociones de censuras, del Nuevo Frente Popular (NFP) , que agrupa a todas las izquierdas, y de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, Michel Barnier, primer ministro, declaró la noche del martes que es «posible» y «deseable» que su gobierno no sea censurado y pueda «seguir trabajando».Una hora antes, desde Arabia Saudita, en visita oficial, siempre ultra optimista, el presidente Emmanuel Macron había declarado: «No puedo creer en la censura. Tengo confianza en la sensatez de la gente».Horas después de su última intervención en la Asamblea Nacional, primera cámara del Parlamento, Barnier hizo unas declaraciones en France 2, primera cadena de la tv pública, matizando el riesgo de censura, este miércoles, muy probable, pero diciendo «confiar» en la «sensatez» de muchos diputados para evitar una agravación de la crisis más grave que vive Francia desde hace muchos años.Noticia Relacionada estandar Si Dos mociones de censura contra el primer ministro hacen tambalear al Gobierno francés Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París«Cuando fui nombrado primer ministro, hace apenas tres meses, sabía que estaba en una situación frágil y efímera», declaró Barnier, agregando: «Mañana, será posible y deseaba evitar la censura. Ojo, debemos tener mucho cuidado con los riesgos y el impacto de la inestabilidad, que se pondría de manifiesto con el aumento de los tipos de interés. Hay mucha tensión en nuestro país. Hay mucha cólera contenida. Debemos tener mucho cuidado con lo que hacemos, que puede ser grave…».«Esperando» que la «sensatez» se «imponga», evitando la censura, Barnier lanzó otra advertencia de gran calado: «Si se votase la censura, 18 millones de franceses tendrían que pagar más impuestos, el impuesto sobre la renta aumentaría de manera muy dura. Será una realidad implacable». En un país de 68 millones de habitantes, la subida de los impuestos para 18 millones es un «anuncio» que roza el «alarmismo».Terminando sus declaraciones, Barnier osciló entre el realismo y la esperanza, frágil pero real, a su modo de ver: «El momento es grave para la nación, difícil. Pero una solución es posible».Ese realismo voluntariamente moderado contrata con el optimismo un poquito delirante de Macron, desde Arabia Saudita, afirmando no creer en la censura, por estas razones: «Por parte de Marine Le Pen sería de un cinismo insostenible, un insulto para sus electores… por su parte, el expresidente Hollande y el Partido socialista darían prueba de un olvido o pérdida completa de referencias políticas básica».Con respecto a quienes piden su dimisión, consumada la censura, Macron declaró: «Todo es pura política ficción, que no tiene ningún sentido. Yo he sido elegido por el pueblo francés. Y estoy muy orgulloso. Cumpliré con mi función, con toda mi energía hasta el último segundo que pueda ser útil a nuestro país».

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