El arzobispo de Corrientes habló de la situación social, las vocaciones, la evolución de la sociedad y la Iglesia desde que llegó a esa jurisdicción, y sobre qué hará una vez que presente su renuncia.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, concedió una entrevista a Eduardo Ledesma, de El Litoral Radio, en la que habló de la situación social del país y de la provincia: la pobreza, la falta de trabajo, la degradación de las familias, la droga y la delincuencia.
También, sobre la realidad de la Iglesia diocesana, las vocaciones, la pandemia, cómo afronta la enfermedad que en 2019 lo obligó a someterse a una operación; y sobre cuál será su destino cuando presente su renuncia al gobierno pastoral de esa jurisdicción eclesiástica.
Ante la consulta sobre cómo encontró la Iglesia local cuando llegó a Corrientes en 2007 y cuál es la Iglesia que existe en la actualidad, el arzobispo respondió: "Hubo cambios importantes".
"La Iglesia está dentro de la cultura, de la historia concreta y de lo que llamamos la realidad. Muy cambiante, sobre todo, en esa expresión de cambio de época. No es reciente, ya viene de unas cuantas décadas atrás. Eso se viene percibiendo", aseguró.
"Voy a poner algunos datos. Cuando llegué acá, uno podía dejar la bicicleta en la puerta y nadie la tocaba; hoy, ya no. Hace 17 años atrás, uno podía andar por la calle, por los barrios, sin ningún problema; hoy, no", diferenció.
Tras preguntarse qué pasó en estos años, hizo hincapié en el retroceso en otros aspectos de la seguridad y la convivencia ciudadana.
"Hubo un deterioro en la familia, que es la célula básica de la socialización de una persona. La familia, no todas, pero hay como una acentuación, hay una señal de alarma en que la familia no logra contener a sus hijos. Los hijos se crían en la calle y, ante la ausencia de valores, ¿qué es lo que aparece?: el interés propio y las ganas de salir adelante inmediatamente", graficó.
"Desaparece el interés por el trabajo, porque es más fácil arrebatar. Esta dinámica del esfuerzo y el arrebato no es solo de los pobres chicos, que son víctimas; sucede también en el ámbito político: el arrebato del poder y no el esfuerzo por tratar de vivirlo al servicio de los demás", profundizó.
El prelado correntino también destacó que se encuentra trabajando en la organización y los pasos a dar hacia la Asamblea Arquidiocesana, y remarcó que la familia y los jóvenes son dos puntos importantes de ese diálogo sinodal.
El arzobispo aseguró que en Corrientes "estamos bastante bien" en cuanto a las vocaciones sacerdotales, con -detalló- "21 muchachos en distintas etapas de la formación", y marcó las diferencias que existen, en ese sentido, con otras jurisdicciones de la región NEA y del país.
Finalmente, monseñor Stanovnik anunció que, una vez presentada su renuncia y que el Papa se la acepte, volverá a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, la congregación religiosa a la que pertenece, en carácter de "huésped, dado que ya no me puedo integrar como miembro con obligaciones y derechos", explicó.+