Interior

Monseñor Canecín: "Cada vez más difícil poner el pan en la mesa"

En el marco de la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, Monseñor Adolfo Ramón Canecin, obispo de Goya, presidió la celebración eucarística el 1 de mayo en la parroquia homónima de esta ciudad. En su homilía, destacó que “el trabajo hace a la dignidad de la persona” y se refirió a la reciente declaración de los obispos donde hacen notar la “angustia de sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa”.

En su mensaje en el día de los trabajadores, monseñor Adolfo Canecin, dijo “a nuestro patrono San José Obrero el Señor lo llamó y le dio la gracia de entenderse llamado” y, formó la familia, pero “a la familia hay mantenerla, pero recién nacido Jesús tuvo que huir a Egipto, en otro pueblo, otra cultura, sin casa y sin trabajo. Eso es lo que les pasa hoy a muchas personas y familias, por lo tanto, Dios y San José entienden perfectamente las peripecias laborales”.

“La Iglesia a lo largo de su magisterio, en un documento del Conciclio Vaticano II° ´Gaudium et Spes´ nos habla de la dignidad del trabajo humano” y en esa línea planteó que desde la “perspectiva de la fe todas las realidades humanas tienen una manera de interpretarse” señaló.

Gaudium et Spes es el documento más importante en la tradición social de la Iglesia. Señala el deber que tiene el pueblo de Dios de observar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, para darse cuenta de la pérdida de valores, de los cambios que caracterizan al mundo actual. Reconoce que, a pesar de los medios modernos, se agravan las grandes desigualdades.

Remarcó el “trabajo dignifica a quien lo realiza y la multiplicidad del trabajos que podamos tener”.

Monseñor Canecin, compartió con los fieles la reciente declaración del Episcopado Argentino, reunidos en la 122 Asamblea Plenaria, donde se pidió a los políticos dejar de lado "intereses mezquinos" y tener "la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos".

“Día tras día vemos un pueblo que sufre", comienza el texto. "Pesa el agobio del desencanto, las promesas incumplidas, los sueños rotos. Pesa también la falta de un horizonte claro para nuestros hijos. Angustia sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa, cuidar la salud, imaginar un futuro para los jóvenes”.

Advirtieron que a la pobreza, la indigencia y la falta de alimentos en la totalidad de las mesas familiares “se suman el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada. Y concluye: “se hace sentir cada vez más la pérdida de los valores que sostenían la vida familiar y social”.

En la reunión de obispos plantearon la crisis política que atraviesa el país de cara a las elecciones de 2023: “Por eso pedimos, rogamos a quienes poseen mayores responsabilidades que tengan la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos, más que en los intereses mezquinos. La gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes. También espera que se sienten a escucharse y a discutir con respeto hasta encontrar puntos en común. Ansía caminar hacia un proyecto estratégico de desarrollo, que abra un horizonte de esperanza, dignidad, paz social, trabajo y prosperidad, privilegiando a los tirados al borde del camino”.-

HOMILÍA MONS. CANECIN

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