El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramon Canecin, participó ayer de la celebración del Día Internacional de la Fraternidad Humana, con una misa que presidió en la Iglesia Catedral "Nuestra Señora del Rosario", transmitida por los medios de comunicación en cumplimiento de las medidas sanitarias vigentes.

El obispo comenzó su homilía, haciendo referencia al evento virtual organizado por el jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, contó también con la participación del Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb; el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres y otras personalidades.


"Nos toca vivir y ojalá que no sea de manera pasiva, solamente receptiva sino que vivamos de una manera activa. siendo protagonistas en esta etapa de la historia" fueron los conceptos iniciales de la predicación.

Remarcó que "vivimos una etapa de la historia inédita" y remarcó que "son grandes, vertiginosos y profundos las transformaciones y los desafíos" haciendo referencia a la pandemia mundial por el Covid 19, aunque aclaró que "no son menos desafiantes" todas las otras circunstancias que se viven "como familia humana estamos esperando".

"Esta es la gran oportunidad para ser protagonistas y podemos ser en la manera que descubramos, sea cual fuere nuestra raza, lengua o color de piel, nuestra concepción política-partidaria ideológica, antes de todo y por encima de todo eso, tenemos muchas cosas en común", remarco el prelado.

Remarcó que "tenemos un mismo origen, porque venimos de Dios, a quien llamamos Padre. Todos los seres humanos tenemos la misma naturaleza humana, desde donde brota nuestra dignidad de personas, que según nuestra fe cristiana de imagen y semejanza de Dios. Todos tenemos el mismo y único destino hacia el cual caminamos y es esto lo que nos impulsa a reconocernos hermanos".

Destacó al papa Francisco que "en sus 84 años percibe la humanidad, a entrado en este camino de fraternidad" y advirtió "si entramos por el otro camino del no reconocimiento al otro hermano, lo que nos espera es lo que estamos viviendo, la injusticia, la inequidad, la desigualdad, la cultura de la muerte y la cultura del descarte y frente a esta cultura emergente propuesta por grandes y poderosos intereses económicos y por grupos quizás minoritarios en el mundo, pero, con mucho poderío económico la gran propuesta y respuesta es la fraternidad".

Monseñor Adolfo Canecin, hizo referencia también al Alto Comite para la Fraternidad Humana y, los "compromisos firmes y acciones concretas" que fomenten la "fraternidad, la solidaridad y el respeto y la comprensión mutua" y, destacó el programa de la creación de una Casa de la Familia Abrahámica, con una sinagoga, una Iglesia y una mezquita, en la isla de Saadiyat, en Abu Dhabi.

En la fraternidad "estamos todos invitados a ser protagonistas" reitero y continuó señalando que "tenemos que poder vivir cada uno como hermano de todo ser humano" empezando por los más próximos en la "propia familia, en el barrio, vecindario, dejando de lado las cosas que son motivo de divisiones, marginación y de discriminacion, poniendo énfasis en los motivos que nos unen".

"Quien reconoce que Dios es Padre y tiene la experiencia de ser hijo: de esa experiencia filial brota la capacidad de ser hermanos de todos los hombres," e instó a buscar la capacidad de "ser fraternos y de buscar el bien de todo ser humano, es decir, buscar el bien común" porque "mientras que un ser humano no viva de acuerdo a su dignidad nunca la humanidad va a encontrar la paz, la armonía".