El arzobispo emérito de Corrientes recordó que la misión de Juan el precursor es "allanar los caminos y enderezar las sendas para que se instale la Salvación entre los hombres".
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, recordó que el profeta Isaías anuncia la actividad de Juan el Precursor, y explicó que su misión es “allanar los caminos y enderezar las sendas para que se instale la Salvación entre los hombres”.
“Ya lo había anticipado, proféticamente, el sacerdote Zacarías, padre de Juan: ‘Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados’”.
“Aquí está expresado el protagonismo de San Juan Bautista y, en él, perfectamente cumplido”, concluyó.
Texto de la sugerencia
1.- El tiempo y el lugar de la profecía. Dios elige al profeta, para que transmita su Palabra a los contemporáneos, situados en la fecha y el lugar que les corresponde. Acontece cuando se prepara la llegada del Salvador, mediante el ardiente ministerio de Juan Bautista, gobernando Tiberio en Roma y Poncio Pilato en Judea. De esa manera, el Hecho está asistido por protagonistas históricos bien identificados. Nadie podrá negar su historicidad. El Precursor, que prepara esa llegada, obtiene un relieve incomparable. Queda así relacionado, de manera preferencial, con el Adviento. “Es más que un profeta”, afirma Jesús al identificarlo ante el pueblo. Su misión lo sitúa en ese nivel de importancia, destacando su calidad humana con precisas expresiones: “¿Qué salieron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquel de quien está escrito: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino”. Les aseguro que no hay ningún hombre más grande que Juan”. (Lucas 7, 26-28)