El joven de 22 años está bajo tratamiento por una infección. Por el caso se encuentra detenido Cirilo Comisario, de 56, un expolicía que fue procesado por el delito de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Nahuel Pedemonte (22) el joven que fue baleado por un expolicía en una discusión vecinal en el barrio Molina Punta de la capital correntina, ocurrida el pasado 23 de enero, continúa internado en el Hospital Escuela por una infección.
Malvina, la hermana del joven, contó a El Litoral, que se encuentra en buen estado y en una sala común, “pero falta todavía para que le puedan dar el alta médica. Está bajo tratamiento pero no se consigue el medicamento que necesita para ser tratado, al igual que otros insumos que nosotros nos movilizamos para poder cumplir con todo lo que necesita”.
“Lo que sabemos es que tiene una infección en la ventana pleural que va a los pulmones. Está bien tratado y esperamos que se recupere pronto”.
Respecto a la causa precisó que “él tenía que declarar y la infección que tuvo hizo que se lo volviera a internar. Hoy lo primordial es su salud”.
Nahuel Pedemonte fue herido el sábado 23 de enero a la noche, cuando mantenía una discusión con una vecina por un perro al que intentaba rescatar en el barrio Molina Punta. Sin mediar razones, el esposo de la mujer con quien Nahuel discutía, el expolicía Comisario, le disparó por la espalda con su arma reglamentaria. La bala entró por el omóplato, perforó un pulmón y le dañó los intestinos y el hígado. Nahuel fue intervenido en varias oportunidades.
Se le hizo una traqueotomía, se lo intubó con respirador artificial. Pese a ello pudo recuperarse y recibió el alta médica. En la lucha para poder recuperar la movilidad en las piernas, tuvo que ser hospitalizado nuevamente, pero por una infección que le provocaba fiebre.
Hace más de un mes, Cirilo Comisario, de 56 años, fue procesado por el delito de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y continuará detenido en la Unidad Penal de San Cayetano.
En declaraciones a la prensa el joven que se encuentra en silla de ruedas, dijo: “No tengo rencor ni odio, Dios sabe lo que hace”. “Aún no se sabe si voy a volver a caminar, pero no tengo bronca ni enojo”.
“Soy muy creyente y gracias a eso estoy acá. Mi mamá me inculcó eso, me llevaba a la iglesia y por eso la fe me ayudó”.
“Más o menos vi todo lo que pasó en los medios. No tengo dimensión de toda la gente que estuvo acompañando, vi algunas fotos de la marcha y me emocioné”.
“Me gustaría agradecer a mis vecinos, hicieron un grupo a beneficio que nos ayudó un montón”, destacó.