La paz de la aldea de pronto se sintió sacudida por el brote repentino del maligno haciendo de las suyas en un sanatorio y clínicas privadas del centro y en un pediátrico público, cuando días antes el Presidente valiéndose de los controvertidos DNU dispuso la suspensión de las reuniones sociales por 15 días y no faltó el maestro ciruela local expresando que por estos feudos se aplicaría dicha normativa, pero permitiendo la reuniones, haciendo una adaptación interpretativa vernácula y que se trataba de un tema semántico, no una restricción para salvar vidas.
En su oportunidad el titular del ejecutivo provincial, adelantaba que no obstante no compartir algún aspecto del DNU presidencial, por que afectaba esfera íntima de la ciudadanía, no objetaría su aplicación y apelaría a la responsabilidad de los correntinos, vaya responsabilidad cuando el fin de semana una fiesta electrónica clandestina había convocado alrededor de 300 personas y recientemente en el barrio Patono la policía había interferido un encuentro musical mandando a sus casas a unos 50 jóvenes; episodios estos no aislados que se repitieron en varias comunas del interior.
Ante el importante número de sospechado o contagiados del corona virus en nuestro medio, la reciente conferencia del gobernador al respecto, que había creado expectativa, después de escucharlo, dejó en más de uno, un sabor raro, “ni chicha ni limonada” utilizando un refrán que indica algo sin sabor o a alguien que no se define en ningún tipo de grupo. Que no es ni una cosa ni la otra. Esta expresión denota a personas que no quieren tomar partido para no quedar mal con nadie, velando solo por su propio interés.
Aquí se trata del interés de la comunidad, de preservar su salud y está demostrado que no se puede andar a medias tintas y esperanzares en la responsabilidad de la gente y, que probablemente haya una mayoría respetuosa, pero siempre existen sectores minoritarios que terminan exponiendo a la mayoría, los caso conocidos al inicio mismo de la pandemia, protagonizados por familiares del poder que violaban las restricciones con complicidad de las autoridades y la participación de 300 personas en la fiesta electrónica, en la que se sabe participaron gente de importancia social, son datos de la realidad que, demuestran palmariamente, que si no se toman medidas restrictivas coactivas en forma inmediata las consecuencias pueden ser muy dolorosas, en tiempo de pandemia es preferible ser apresurado para proteger vidas y no dilatar medidas que después pueden ser tardías.