Newell’s fue de mayor a menor, entusiasmó en el primer tiempo pero repitió errores defensivos y se fue al descanso con el empate. El complemento, el Rojinegro fue más de lo mismo y terminó dejando una pobre imagen.

La Lepra necesitaba ganar y el flojo presente del rival ilusionaba a su gente con una victoria impostergable.

El elenco de Lunari tenía volumen de juego pero carecía final de jugada. Pero la alarma sonó cuando en la primera llegada del visitante, el Kiwi se puso en ventaja, con la colaboración de la zaga local.

Newell’s siguió buscando y la igualdad llegó con un gol de otro partido del pibe Silvetti, que la clavó en un ángulo. Parecía que el tanto iba a ser fundamental en lo anímico, pero nada de eso sucedió.

En el complemento se vio lo peor de la Lepra en la tarde sabatina, ya no tuvo dominio de pelota, fue cediendo protagonismo y la ilusión deñ triunfo se fue esfumando con el correr de los minutos.

Encima, la cuestión física empezó a complicar a los rosarinos, una ventaja para el rival, que por falta de jerarquía no supo aprovecharlo.

Para destacar en el Rojinegro, la enjundia de Cedrés, las ganas de Miljevich y algunos chispazos del pibe Silvetti.

Hay mucho por trabajar, la defensa sigue dejando dudas y Juanchón García tuvo una tarde para el olvido. La Lepra sigue sin arrancar, su juego es deficiente y el DT no le encuentra la vuelta al equipo para poder mejorar.