Aseguran en los mentideros políticos que todas las escuchas telefónicas que andan dando vuelta por ahí, especialmente en algunos medios vinculados incondicionalmente al gobierno de Corrientes, aunque no sean muchos, son productos de gigantescos operativos orquestados desde la propia gobernación, para escuchar lo que se debe y hasta lo que no se debe también.

Todo estaría orquestado por un conocido dirigente radical, actual legislador y con aspiraciones mayores. Para ello estaría dispuesto a cualquier prueba de amor hacia el mandamás de la esquina.

Por eso retornarían las escuchas, para retroalimentar la audioteca existente en manos de personas que no conocen de limitaciones, aunque se trate de escuchar la vida de los demás, sea algo institucional, político, particular o personal. Si es comprometedor, mucho mejor.

 

NI LOS EMPRESARIOS

De estos mega espionajes no se salva nadie. Ni los empresarios estarían exentos de ser escuchados, según se asegura. Porque en la rosadita correntina se quiere escuchar muy bien de qué lado están y cómo jugarán en la próxima contienda electoral que pone en juego nada menos que la gobernación de Corrientes. Con las escuchas se quiere saber a ciencia cierta hacia donde apuestan algunos poderosos correntinos, llámense empresarios, productores, industriales, ejecutivos o influyentes, etc.

Este tema de las escuchas ilegales que montaría el gobierno correntino, no es algo nuevo. En su momento esas escuchas extraordinarias eran cedidas condicionalmente a ciertos y determinados comunicadores para que hicieran campaña de honestidad o de desprestigio, desde sus micrófonos, según sea el caso. Alguna vez la recordada Josefina Meabe denunció una persecución de la “Gestapo Correntina”. Parece que ahora brotó de nuevo la locura por las escuchas. Mejor hacer silencio, no sea cosa que nos estén oyendo.