Opinión del Lector

Nora Dalmasso: su hijo tiene razón, ella fue víctima de violencia de género tras ser asesinada

Ella dejó de ser la víctima, su supuesta vida íntima fue expuesta, fue convertida en objeto de burlas, de morbo. . Es dificil no recordar todo lo que se dijo e hizo en esa época sin sentir vergüenza.



"Con la muerte de mi mamá empezó todo el calvario que estamos viviendo como familia. Fue muy duro. Luego empezó lo mediático, no consumíamos medios. Comenzó la violencia de género con mi mamá y la familia", dijo Facundo Macarrón, el hijo de Nora Dalmasso, asesinada el 25 de noviembre de 2006 en su casa en Río Cuarto. Fue en su declaración como testigo en el jucio que se lleva contra su padre acusado de ser instigador del crimen. Sus hijos dicen que es inocente.

Pero frente a lo que sucedió con Nora Dalmasso, de 51 años, tras su crimen, su hijo tiene toda la razón. Estando muerta fue víctima de violencia de género. Es dificil no recordar todo lo que se dijo e hizo en esa época sin sentir vergüenza.

Era otra época, aún se hablaba de crimen pasional y no de de femicidio. La violencia de género no estaba ni en la agenda médiatica, ni en la política. Pero eso no justifica, ni aún a la distancia, lo que sucedió.

La vida íntima de Nora Dalmasso fue ventilada impunemente, sin siquiera saber si eso que se decía era cierto, ella ya no estaba para afirmarlo o negarlo. Bajo el argumento de encontrar al responsable del crimen, una cosa es investigar a la víctima para hallar al culpable y otra exponerla, se hizo mucho daño.Se llegaron a vender remeras con la frase "Yo no estuve con Norita".

En aquella época la única voz que se escuchó pidiendo respeto fue la de su hermano. No generó el rechazo social que hoy hubiese producido que algo así se diga y sea motivo de risa.

El morbo crecía en puntos de rating y en ventas de diarios y revistas. En las charlas de café se hablaba del supuesto juego de la olla, con el que se suponía que hacían intercambio de parejas. Nadie pensó en esos dos hijos, una de ellas menor de edad, que no sólo tenían a su madre asesinada, si no que debían padecer que se hablara de su intimidad, más allá de que si fuese real o no. Ese no es el punto. Era su intimidad y exponerla de esa manera no hacía a la investigación.

La foto de ella muerta, desnuda y en la posición en la que se había encontrada, solo un medio aceptó publicarla. La familia le hizo juicio. Pero el daño ya estaba hecho. Y la foto sigue circulando por internet, porque nada desaparece definitivamente de la red.

También es cierto que la publicación de esa foto si generó el repudio de periodistas y organizaciones.

Para imputar a su hijo del crimen, se hablaron de supuestos vinculos perversos sin tener una sola prueba que lo acredite.

Esa noche Nora Dalmasso fue víctima de femicidio aunque aún no se hablase así, y las leyes no habían cambiando aún. Pero su hijo tiene razón, ella fue también víctima de violencia de género después de muerta.

¿Cuántas veces más se la mató después de aquella noche?. ¿Cuántas veces más se la revictimizó? ¿Cuántas bromas fuera de lugar se generaron? Ccuánto morbo de consumió? Nora Dalamasso dejó de ser una mujer víctima, para ser un objeto de burla, de morbo.

Nadie pensó en ella, en sus sueños, en su vida arrancada por un femicida. En quienes quedaron vivos sus hijos y sus padres fundamentalmente.

Hoy hay un cambio, que no es casual, que tiene que ver con la lucha de años de organizaciones de mujeres por visibilizar la violencia, por desnaturalizarla. Hoy seguramente Nora Dalmasso hubiese sido tratada de otra forma, como una víctima por la que hay que hacer Justicia.

No con el despectivo "Norita" para la broma de turno. Parece que un hombre puede ser mujeriego, pero una mujer no puede tener relaciones por fuera del matrimonio, si la víctima hubiese sido un varón tampoco hubiese sido tratado así.

La Justicia está en deuda con ella, porque recién a 15 años se llega a un juicio. Pero también lo está el periodismo y la sociedad. No hay otra palabra que no sea vergüenza para el trato que se tuvo con ella. Es necesario que ocupe el lugar que simpre debió tener tras el crimen: el de la víctima.

A su familia todos deberíamos pedirle perdón.

Asumir el compromiso que ninguna otra víctima sea tratada como Nora Dalmasso. Esto es responsabilidad de la Justicia, de la policía, de los periodistas, pero también de la sociedad en su conjunto.

Autor: Maria Helena Ripetta|

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