Las familias que ocupan el terreno aseguran que ya se acercaron unas 30 personas, buscando instalarse allí de manera pacífica. Afirman que no se sumaron nuevos grupos desde los primeros días de la toma. Se deterioraron algunas casillas y buscan arreglarlas de manera cooperativa, aunque con dificultades.

 



La toma del terreno de calle El Trébol en el 17 de Agosto hace poco más de dos semanas inició un litigio judicial que se resolverá una vez que se cumplan los pasos correspondientes y con la vigencia de la medida de no innovar, es decir, la prohibición de ingresar materiales o modificar el lugar. Paralelamente a esto, las familias que se asentaron allí reciben permanentes consultas de otras personas sobre la disponibilidad de espacios en el predio.



Una de las personas que vive allí comentó ayer a El Litoral que “viene gente bastante seguido a preguntar si hay un lugar para poder venir”. En este mismo sentido, el okupa relató también que “quieren saber si está todo tranquilo y después nos proponen esa posibilidad si es que nosotros estamos dispuestos”.



La persona consultada por este matutino aseguró que “nosotros no dejamos entrar más a nadie, los que estamos acá somos todos y así vamos a seguir”. Vale recordar en este aspecto que a pocos días de la toma, algunas familias intentaron ingresar al predio pero esto finalmente fue impedido por los okupas, incluso antes de que rija la medida de no innovar que luego dictaminó la Justicia.



Según indicaron algunos de los habitantes del terreno en litigio, fueron al menos 30 las personas que intentaron dialogar con ellos para  lograr conseguir un pequeño espacio en el descampado para asentarse. A 18 días de la toma, puede decirse que el promedio de este tipo de requerimientos fue bastante inusual desde que las familias se instalaron allí.

 

Casillas



Son varias las cuestiones que encienden la alarma en los okupas, a partir de su situación de vulnerabilidad. De este modo, comenzaron a verse en los últimos días algunos inconvenientes con las carpas y refugios improvisados. Sin poder ingresar materiales, las casillas son las mismas y están en las mismas condiciones que en los primeros días tras la ocupación de las tierras.



Pero, después de dos jornadas lluviosas en estas dos semanas y fuertes vientos, algunas estructuras empiezan a ceder y a acusar el paso del tiempo y las condiciones del terreno.

Respecto de esto, una de las personas comentó a este medio que “las casillas se caen y nosotros mismos las volvemos a levantar”. Asimismo, agregó que “se destruyeron varias cosas y nosotros tratamos de hacerlas de nuevo”.



Las estructuras de plástico o de tacuara se humedecieron después de las últimas lluvias y por eso, explicaron, se rompen. “Nos ayudamos entre nosotros todo el tiempo, y a pesar de los problemas estamos convencidos de quedarnos acá”, expresaron desde el predio.

 

Asistencia



La situación legal representa la mayor incógnita en este momento para los okupas, sin notificaciones oficiales ni citaciones para declarar. Aunque sin dejar de estar atentos a esta situación, insistirán esta semana con la necesidad de asistencia sanitaria, sobre todo para los más pequeños. En este sentido, uno de los okupas adelantó que “esta semana vamos a ir a la Defensoría de Pobres para ver si nos pueden ayudar”.



Los okupas prevén iniciar estas gestiones tras una reunión formal con representantes de la Defensoría del Pueblo de la Provincia, quienes enviaron un oficio al Ministerio de Salud, para que se ocupe de brindar atención médica básica a las personas que se encuentran allí en el predio tomado del 17 de Agosto.